por María Josefina Arce
Con múltiples desafíos, pero también con muchos deseos de perfeccionar su funcionamiento y trabajar por el presente y el futuro del país, llega la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba a su sexagésimo segundo aniversario de creada.
Y este nuevo cumpleaños encuentra a la organización juvenil inmersa en el debate de trascendentales temas para el avance socioeconómico de la nación y los retos que tienen las nuevas generaciones, que ha tenido su colofón en su Décimo segundo Congreso, el cual cierra sus puertas este jueves en La Habana.
Y es que desde su nacimiento el 4 de abril de 1962 la UJC ha estado en la vanguardia de cada tarea de la revolución, capaz de movilizar no solo a sus miembros sino a toda la juventud cubana.
Desde enero de 1959 y bajo la guía del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, quien depositó toda su confianza en los jóvenes, este sector poblacional ganó en protagonismo social y se hizo presente en todas las esferas.
En aquellos primeros años fue decisiva su participación en la Campaña de Alfabetización, que llevó el saber a los más recónditos lugares de la geografía nacional, y abrió nuevas oportunidades para muchos cubanos.
Como también lo ha sido a lo largo de estas décadas en la defensa de la soberanía de la Patria. Muchos jóvenes hicieron posible la derrota en menos de 72 horas de la invasión mercenaria de Playa Girón, financiada y apoyada por Estados Unidos.
En la educación, la salud, la construcción, producción, los servicios y las telecomunicaciones, entre otras ramas, están presentes y, haciendo suyo el principio de solidaridad que distingue a la revolución cubana han llevado su saber y ayuda a otros pueblos del mundo.
No podemos olvidar que durante la pandemia de la COVID 19 estuvieron en primera línea en el enfrentamiento a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, que provocó millones de fallecidos en el mundo.
En hospitales, centros de aislamiento, en los laboratorios donde se dio vida a las vacunas contra el virus y en las comunidades ayudando a los vulnerables, demostraron que con los jóvenes cubanos se puede contar, sin importar la dificultad y riesgo de la tarea.
Con la satisfacción de haber aportado siempre a la defensa de las conquistas de la revolución, pero también con el compromiso de seguir trabajando por un país mejor con ese ímpetu y creatividad que caracteriza a la juventud, llega a un nuevo aniversario la UJC, heredera y continuadora de la obra revolucionaria.