Laura Richardson y la Doctrina Monroe

por Guillermo Alvarado

Durante una reciente conferencia sobre temas de seguridad realizada en Miami, Estados Unidos, la generala y jefa del tristemente célebre Comando Sur del Pentágono, Laura Richardson, ratificó su firme convicción de que, un siglo después, la Doctrina Monroe sigue vigente.

La alta oficial, que no esconde sus ambiciones por los recursos naturales estratégicos que son patrimonio de los pueblos de América Latina y el Caribe, insistió en sus ataques contra los nexos comerciales de la región con China, un tema en el que esta señora también es reiterativa.

Hablando como dueña del mundo, en particular del continente americano, Richardson tuvo la desvergüenza de asegurar que nuestros países no se benefician absolutamente en nada con el comercio que mantienen con el Gigante Asiático, lo que es falso e hipócrita.

En primer lugar sería bueno recomendarle a la generala que repase un poco la historia durante las últimas décadas de la entidad que ella dirige y revise ¿cuándo, por casualidad, ha hecho algo que beneficie a nuestros pueblos?

Dicha entidad es uno de los diez comandos de combate desplegados por el Departamento de Defensa estadounidense.

Adoptó el nombre de Comando Sur en 1963, aunque como tal existía mucho antes con el apelativo de U.S. Caribbean Command y según un estudio de la Universidad de Harvard entre 1898 y 1994 realizó al menos 41 intervenciones armadas en la región, todas ellas con resultados sangrientos.

No hay, que yo recuerde, ni una sola ocasión en que nuestros pueblos se hayan beneficiado para nada con la actuación del nefasto cuerpo militar dirigido hoy día por la generala Richardson.

También sería aconsejable que la señora estudiara los efectos de los mal llamados Tratados de Libre Comercio impuestos desde Washington a latinoamericanos y caribeños y su impacto en el crecimiento de la pobreza y las desigualdades, sobre todo en el área rural.

América Latina y el Caribe es una región militarmente ocupada. De las casi 800 bases que tiene Estados Unidos en el mundo, más de 76 están aquí y el Comando Sur opera 17 radares por medio de los cuales controla todo el tráfico aéreo continental sin contar, claro, con su sistema de satélites.

Por si la generala Richardson lo ignora, la podemos ilustrar un poco diciéndole que no hay una sola instalación china de esa naturaleza por acá.

Así, pues, no hay que tener demasiadas neuronas para comprender de dónde vienen las amenazas para nuestros pueblos, quién se aprovecha de nuestros recursos, nos oprime y mantiene en la pobreza.