Imagen ilustrativa tomada de El Diario.
Por Guillermo Alvarado
La Francia de la revolución de la libertad, igualdad y fraternidad, que tan profundamente repercutió en su momento en América Latina y el Caribe, está al borde de caer en las manos de las fuerzas más oscuras de la extrema derecha racista, xenófoba y fascista.
Como se conoce, en las recientes elecciones para el Parlamento Europeo, la extrema derecha francesa se alzó con 30 curules, resultado por encima del resto de agrupaciones políticas, incluida la alianza impulsada por el presidente Emmanuel Macron, que se quedó con 15 legisladores.
Se trata del mejor resultado conseguido hasta ahora por Marine le Pen y su partido, Reunificación Nacional, que es el heredero directo de la ideología del tristemente célebre Partido Nacional, fundado y dirigido hasta su retiro por su padre, Jean Marie le Pen.
Para que se tenga una idea de quién estamos hablando, basta con recordar que éste fue el sujeto que dijo en cierta ocasión que las cámaras de gas, donde murieron miles de víctimas del régimen nazi, sólo fueron “una anécdota” en la II Guerra Mundial. Jean Marie le Pen jamás ocultó su admiración por Adolfo Hitler y su camarilla.
Tras la victoria del extremismo en la Eurocámara, al presidente Macron no se le ocurrió otra cosa que disolver el organismo legislativo, en ese país denominado Asamblea Nacional, y convocar a elecciones anticipadas para el próximo 30 de junio, con segunda vuelta, de ser necesaria, el 7 de julio.
Luego de arrollar en los comicios europeos, Reunificación Nacional quedó muy bien colocado ante esta oportunidad de controlar también el parlamento francés, lo cual le permitiría nombrar al primer ministro y obligar a Macron a formar un gobierno de cohabitación.
El riesgo es real y muchos franceses ya están claros en eso y de allí las multitudinarias manifestaciones del fin de semana para repudiar al extremismo de derecha y convocar al voto consciente para evitar un desastre.
Más de 600 mil de personas salieron a las calles en 150 ciudades del país europeo, convocadas por sindicatos, estudiantes, organizaciones de derechos humanos y contra el racismo.
Una de las propuestas en esas jornadas fue la creación de un nuevo Frente Popular, en alusión a la gran coalición que permitió derrotar a Jean Marie le Pen cuando se enfrentó a Jacques Chirac en la segunda vuelta de las presidenciales de 2002.
Faltan dos semanas para los comicios que ya atraen la mirada del mundo, por todo el riesgo que representa un mayor fortalecimiento de la ultraderecha en pleno corazón de Europa.