Por Roberto Morejón

A poco más de un año de lanzar una primera andanada de supuestos informes sobre lo que calificó de “bases de espionaje chinas en Cuba”, The Wall Street Journal sacó del sombrero del mago de los infundios otra presunta investigación, acerca del mismo tema.

El diario estadounidense, ocupado de tópicos económicos, incursiona en los de corte militar, para atemorizar a lectores acerca de lo que señala como presencia china, con fines de espionaje, en la mayor de las Antillas.

Así lo hizo esta semana, sin citar fuente verificable ni mostrar evidencias, como escribió en la red X el viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío.

“Leyendas de bases militares chinas que no existen y nadie ha visto”, insistió el diplomático, quien llamó la atención de la recurrencia de la fuente periodística citada.

En efecto, en junio de 2023, Fernández de Cossío calificó de “información totalmente mendaz e infundada” una publicación en The Wall Street Journal sobre un alegado acuerdo entre la nación caribeña y China en materia militar, contentivo de la instalación de lo que invocó como una base de espionaje.

En relación con el intento de traer nuevamente a la actualidad la conjeturada existencia de esos enclaves en el archipiélago caribeño, saltó a la vista el rápido reflejo de lo publicado en el periódico en otros medios, dentro y fuera de Estados Unidos.

The Wall Street Journal alude a un centro de estudios como origen del señalado “informe”, basado en lo que explica como nuevas imágenes de satélite que reflejarían, según arguye, estaciones de escucha electrónica.

La rápida y enérgica respuesta del Viceministro Fernández de Cossío, tal y como ocurrió ante la publicación a mediados de año de 2023, ratifica la ausencia de tales emplazamientos.

Cuba se inserta en una zona de paz declarada por la CELAC en 2014 y no suscribe convenios amenazantes para terceros.

Los cubanos no olvidan otras invenciones como la del tristemente célebre John Bolton, quien “reveló” la inauguración en Cuba de una fábrica de componentes para la guerra biológica.

No era otro que el hoy prestigioso Centro de Biotecnología, donde trabajan abnegados científicos antillanos.

 El gobierno cubano insiste en que tales falsedades tienen como objetivo calzar el recrudecimiento del bloqueo estadounidense y la inclusión del país en arbitrarias listas confeccionadas por el Departamento de Estado.