Candidatura de Biden
por Guillermo Alvarado
Continúa dentro del partido Demócrata de Estados Unidos la discusión acerca de si es correcto mantener la candidatura a la Casa Blanca del actual presidente, Joseph Biden, cuyo intelecto da cada vez más pruebas de un lamentable deterioro.
A las voces que reclaman un cambio de aspirante se sumó recientemente la del actor George Clooney, cuyo peso en la campaña es mucho más importante que su protagonismo en las pantallas, pues constituye un punto fundamental en la recaudación de fondos.
Como se sabe, en la potencia norteña pesa tanto, o quizás más, que la capacidad política, simpatía y posibilidad de conectar con los votantes, la habilidad para reunir los miles de millones de dólares que cuesta financiar la contienda.
La opción de gobernar en ese país no es asunto de pobres, ni siquiera de millonarios más o menos acaudalados, sino de grandes fortunas, apoyadas por otras aún más cuantiosas.
Clooney, como el consorcio Disney, que también pide sustituir a Biden, forman parte de esas fortunas, o de la vía para llegar a ellas.
Ya hay, asimismo, un número creciente de representantes y senadores y otras personalidades de la tienda demócrata exigiendo al presidente dar un paso al costado y no entorpecer sus propósitos y la misma Nancy Pelosi, una figura incuestionable de ese partido, se negó a respaldarlo categóricamente.
Sin embargo, Biden y su círculo más íntimo, se niegan a reconocer lo evidente e insisten en mantener su nombre en las boletas, lo que causa un profundo regocijo en las filas republicanas, que ven como ganada la elección.
Un último traspiés, que no es un detalle sencillo, ocurrió en las últimas horas cuando en la convención de la OTAN, convocada para dar más apoyo a Ucrania, el jefe del Salón Oval, delante de todos los invitados, presentó a Volodimir Selensky como: “presidente Putin”.
Aunque intentó dar marcha atrás de inmediato, ya el error estaba cometido y se difundió como pólvora en los medios de comunicación.
Por si fuera poco, Biden tiene a sus aliados cercanos al borde de un ataque de nervios porque programó una conferencia de prensa donde sin duda alguna será acribillado a preguntas encaminadas a demostrar su capacidad, o incapacidad de razonamiento. En próximo comentario hablaremos de esto.
Por ahora falta muy poco para la convención demócrata y antes de eso alguien debe tomar una decisión. Ya veremos.