Imagen de archivo/RHC
Por Roberto Morejón
La permanencia del primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, en Irán pone de relieve la voluntad del gobierno antillano de proseguir el trabajo hacia la profundización de las relaciones, con las nuevas autoridades.
El premier de la mayor de las Antillas asistió, junto a otras delegaciones, a la toma de posesión del presidente Masoud Pezeshkian, quien triunfó en recientes elecciones en Irán, tras la muerte en un accidente aéreo el 19 de mayo del entonces primer mandatario, Ebrahim Raisi.
El ahora Jefe de Estado Masoud Pezeshkian recibió en Teherán, la capital, al enviado de la nación caribeña, oportunidad en la que ambas partes destacaron las históricas relaciones bilaterales.
Coincidieron las dos representaciones en la voluntad de afianzar esos nexos, hoy en muy alto nivel en la esfera política, aunque susceptibles de elevar en los terrenos comercial, económico y de las inversiones.
En los campos de la salud y la biotecnología también se visualizan amplias perspectivas de desarrollo de participación, con el feliz antecedente de los intercambios en los momentos álgidos de la pandemia por la Covid-19.
Como se recordará, la mayor de las Antillas transfirió al Instituto Pasteur de Irán la tecnología de la vacuna Soberana, procedimiento de gran ayuda para contrarrestar la Covid-19.
Irán tuvo obstáculos para acceder a los antígenos controlados por grandes transnacionales occidentales, a causa de las sanciones impuestas por Estados Unidos y aliados a Teherán, con el argumento del programa nuclear del país persa, definido por este último como pacífico.
Precisamente, Cuba e Irán han implementado proyectos de cooperación como países objeto de sanciones de Estados Unidos, cuya administración ejerce un bloqueo sobre la nación caribeña y la ubica en un arbitrario listado de patrocinadores del terrorismo.
Esa aportación mutua puede extenderse a la producción de alimentos, energía y transporte, aspecto este último sobre el cual trataron los ministros del ramo en fecha reciente.
Es oportuno recordar que como parte del intercambio de visitas, Cuba e Irán suscribieron el año pasado siete instrumentos de cooperación en las áreas económica, telecomunicaciones, salud y científico-técnica, entre otras.
El futuro se muestra promisorio, lo que La Habana saluda, pues se trata de ampliar las relaciones con el amigo más cercano en Asia Occidental, una definición oportuna del diplomático cubano, Pedro Luis Pedroso