Bolivia: una década de cambio

Editado por Maite González Martínez
2016-01-23 13:00:59

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Por: Guillermo Alvarado

Recién acaba de cumplirse la primera década del proceso de cambios instalado en Bolivia de la mano de su presidente, Evo Morales, quien ha logrado una estabilidad económica, política y social sin precedente en la nación andina, que la convierten en un ejemplo en este mundo sumido en el caos, la fragmentación y la violencia.

El 21 de enero de 2006 comenzó la refundación del país, que debe continuar hasta consolidar una primera etapa en 2025, para lo cual es necesario el triunfo del SÍ en el referendo del 21 de febrero próximo que permitirá a Morales y el vicepresidente, Álvaro García Linera, optar de nuevo al cargo.

A lo largo de estos 10 años han ocurrido acontecimientos que devolvieron la dignidad al pueblo boliviano y eso es algo que ni siquiera la derecha puede ignorar o negar.

El proceso comenzó con la nacionalización de los recursos naturales y la redistribución de esas riquezas en todos los sectores de la sociedad, sobre todo entre los más vulnerables, algo nunca visto en los más de 200 años de vida republicana.

Al mismo tiempo se realizaron cambios radicales en las estructuras del Estado para poner fin a las secuelas del neoliberalismo y se reafirmó la soberanía nacional tras la expulsión de organismos injerencistas, como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, y la fuerza de operaciones antidrogas, DEA, que eran punta de lanza de los intereses de Washington en ese territorio.

Evo Morales impulsó una política internacional basada en los principios de la integración, el respeto mutuo y la cooperación.

Fue un pilar en la construcción de mecanismos como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos; de la Unión de Naciones Sudamericanas y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que presidirá en 2017.

En el plano comercial fortaleció los vínculos con China, Rusia y otros miembros del grupo de países emergentes y logró incluir a su país en el Mercado Común del Sur, Mercosur. Al mismo tiempo, encabezó las críticas a entidades de corte pro imperialistas, como la Alianza del Pacífico.

Gracias a esta forma de hacer gobierno, Bolivia exhibe resultados sobresalientes en el desarrollo económico, con un alza del Producto Interno Bruto de cinco puntos en 2015, cuando el resto del planeta se debatió en una aguda crisis, profundizada por la caída del precio del petróleo y otras materias primas.

La victoria del Movimiento al Socialismo, el partido de Evo Morales, en el referendo del mes próximo significaría, asimismo, un frenazo a los intentos de la derecha regional y extraregional por recuperar el poder y retroceder a la etapa neoliberal, envalentonada tras lo ocurrido en Argentina y Venezuela meses atrás.

De allí la importancia de esta consulta popular, que debe abrir el camino a la continuación de los cambios en Bolivia y demostrar la falsedad del presunto fin del ciclo progresista en América Latina y El Caribe, donde los pueblos aún tienen mucho que decir y hacer.



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