Si se cerrara el campo de prisioneros de Guantánamo quedará latente el caso del territorio usurpado a Cuba

Editado por Maite González Martínez
2016-02-24 10:07:49

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Imágen de archivo.

Por: Roberto Morejón

Siete años después de prometer el cierre de la cárcel de Guantánamo, instalada en territorio usurpado a Cuba, el presidente estadounidense, Barack Obama, presentó un plan para la clausura del recinto, famoso por las violaciones de los derechos humanos.

El inquilino de la Casa Blanca propuso al Congreso transferir a los presos a territorio continental y cerrar el campo de concentración porque ahorraría dinero y además --dijo-- no funciona y es una “mancha” para los valores de su país.

Los principales opositores a la idea del Presidente están en el Congreso, pero no se preocupan porque la cárcel de Guantánamo se convirtió en centro de torturas y de alojamiento de reos sin ser enjuiciados.

 Incluso muchos encarcelados estaban acusados de asociación terrorista, pero sin haber cometido actos de ese tipo.

Los adversarios de la propuesta alegan que constituye un problema de seguridad trasladar a los detenidos al país norteño y esperan que la controversia dañe las posibilidades electorales de los demócratas.

Con la presencia hoy de 92 prisioneros, de unos 800 que llegaron a hacinarse allí, el penal de máxima seguridad y apremios extremos se debió a la iniciativa de la administración de George W. Bush, en su alegada ofensiva contra el terrorismo.

Era el mismo señor Bush que se proclamaba con derecho a intervenir en 60 o más “oscuros” parajes del planeta y aplicó medidas internas desproporcionadas en busca de sospechosos de terrorismo.

De manera que la polémica cárcel constituye uno de los capítulos más tenebrosos de la historia de Estados Unidos a pesar de proclamarse paladín de los derechos humanos.

Ahora bien, la solicitud de clausurar la macabra instalación NO está asociada a la devolución del territorio en el que se asienta la base naval, edificada en Cuba y mantenida a pesar de que el gobierno y el pueblo demandan el fin de esa ilegalidad.

Obama, quien visitará La Habana del 21 al 22 de marzo, se propone --según dijo-- avanzar hacia la normalización de relaciones con Cuba, pero conoce que el proceso NO se completará si persisten el bloqueo y la ocupación de una parte de Guantánamo.

Los cubanos sostienen, con razón, que la base es ilegal y lesiva a su derecho a la soberanía nacional, pues argumentan que el tratado que supuestamente la ampara, fue impuesto por Washington en momentos de ocupación de tropas norteamericanas.

 Si finalmente Estados Unidos cerrara el campo de prisioneros para hacer olvidar un capítulo de horror, todavía quedará latente el caso del territorio ocupado en el que se asienta.



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