Bolivia también enfrenta ataques desestabilizadores de la derecha

Editado por Maite González Martínez
2016-03-21 11:34:54

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Por: María Josefina Arce

Uno de los grandes retos que tiene hoy América Latina es preservar las conquistas socioeconómicas de los gobiernos progresistas de la región, ante los embates de la oligarquía latinoamericana que, apoyada por la derecha internacional, persiste en volver a un pasado de hambre, endeudamiento y pérdida de soberanía.

En los últimos meses la derecha ha arreciado sus ataques, desesperada ante la pérdida del poder, porque es una realidad que por ejemplo, en naciones como Venezuela ha sido derrotada en las urnas en varias ocasiones y en Brasil lleva más de 12 años fuera del poder.

Situación que se repite en otros países como Nicaragua, Ecuador, Uruguay y Bolivia. Es evidente la existencia de una estrategia común a nivel continental que apunta a la desestabilización contra los gobiernos progresistas, que incluye crear el caos, el descrédito de las autoridades y la convocatoria a movilizaciones alegando causas justas.

Como ha afirmado el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, estas acciones se deben a una derecha que carece de un proyecto de país pero que pretende retomar el poder, a través de hechos violentos y desestabilizadores.

Precisamente en las últimas horas el ministro boliviano de Defensa, Reymi Ferreira, denunció que Bolivia enfrenta un complot que tiene su centro fuera del país, destinado a desacreditar, desestabilizar y derrocar al gobierno del presidente Evo Morales.

En una intervención en el programa televisivo Democracia Directa, explicó el titular que este no es un caso aislado, sino que tiene que ver con una acción continental. Hemos visto lo que está ocurriendo en Brasil, donde hay una campaña contra uno de los líderes más importantes del continente, el dirigente obrero Luiz Inácio Lula Da Silva, dijo.

En Bolivia también se ha tratado de desacreditar a Morales a través de un supuesto tráfico de influencias del primer mandatario, lo que sin dudas influyó en los resultados del referendo del 21 de febrero donde el No ganó por estrecho margen a los que abogaban por una reforma constitucional para la repostulación presidencial.

Está claro que la oligarquía recurre a esa sucia maniobra porque le es imposible ocultar los logros de estos gobiernos a nivel continental. Ese es el caso de Bolivia, donde la acertada gestión de Evo Morales ha permitido un crecimiento, con inclusión social, en los últimos años.

Más de dos millones de bolivianos salieron de la pobreza, gracias a los programas sociales implementados por Morales que también llevaron salud y educación a cada rincón del estado plurinacional.

Recientemente, Morales señaló que "los enemigos de los gobiernos progresistas en América Latina pretenden, mediante una guerra sucia, debilitar, dividir y derrotar a los pueblos para, de esa manera, someterlos y apoderarse de sus recursos naturales".

A pesar de las campañas mediáticas de la derecha, Bolivia como el resto de los gobiernos progresistas de Latinoamerica está empeñada en

mantener y profundizar los cambios que han tenido lugar en los últimos años, y que han beneficiado fundamentalmente a los sectores más humildes, los marginados durante décadas de políticas neoliberales.



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