Por: Gillermo Alvarado
Las revelaciones hechas por la divulgación de los llamados « papeles de Panamá » estrechan las sombras de la corrupción en torno al gobierno del presidente de Argentina, Mauricio Macri, tras conocerse el nombre de altos funcionarios, muy cercanos al jefe de Estado, que también resultan vinculados con ese escándalo.
Las mas recientes informaciones señalan que el secretario general de la presidencia, Fernando de Andreis, junto con su esposa, suegros y cuñados son miembros de varias sociedades offshore, también conocidas como fuera de plaza, registradas por el bufete panameño Mossack Fonseca en paraísos fiscales.
Es conocido el dato de que la familia política del funcionario estuvo entre los financistas de varias campañas electorales de Macri,incluida la mas reciente que lo llevó hasta la jefatura de Estado.
El suegro de de Andreis, Martín Ascónape, además de estar salpicado por los papeles de Panamá, es dueño de varias empresas argentinas, entre ellas Chacras del Sur Sociedad Anónima, que en 2013, fue allanada por la Agencia Federal de Impuestos Públicos por evasión fiscal, y por serias sospechas de ocultar operaciones por más de 7 millones de pesos.
Las nuevas revelaciones hacen más inestable la situación de Macri, sobre quien puede abrirse en breve una investigación judicial para conocer hasta donde llegó su participación en las offshore abiertas en paraísos fiscales.
El juez federal argentino, Sebastián Casanello, solicitó a Bahamas y Panamá la información acerca de la participación del presidente en firmas turbias, entre ellas las empresas Fleg Trading, disuelta en 2009, y Kagemusha, aún vigente.
Si se comprueba la participación de Macri en estas compañías, podría ser acusado de omisión maliciosa en su declaración jurada de patrimonio, un delito que puede ser sancionado con dos años de cárcel y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
El magistrado Casanello hizo también otro requerimiento para que se informe a la mayor brevedad posible si aparecen en esos paraísos fiscales cuentas bancarias a nombre de Macri o de allegados suyos.
Si bien el presidente dijo estar a la completa disposición de la justicia para aclarar estos temas, no es menos cierto que su posición es delicada, mientras crece el descontento hacia su gestión, caracterizada por la aplicación de políticas de corte neoliberal que han afectado la calidad de vida de la población.
Desde que asumió el poder, el 10 de diciembre de 2015, se registraron incrementos del precio de la gasolina y servicios básicos como el gas, el agua, la electricidad y hasta el transporte.
Aunado a eso, el Ejecutivo pactó con los fondos buitre, lo que endeudó al país por una suma superior a 12 mil millones de dólares en el mercado internacional que repercutirá en la economía de los más desposeídos.
Los salarios se han devaluado y el desempleo subió de manera brusca por la política de despidos, tanto en el sector público como en el privado.
Una muestra de los efectos negativos de este gobierno es el incremento de cierres de pequeños y medianos negocios, que sólo en el sector céntrico de la capital argentina representaron un alza del 15 por ciento en el bimestre de marzo y abril, con respecto al período anterior.
Así pues, entre escándalos y descontento, cada vez la imagen de Macri se va difuminando y se pone en evidencia lo que podría esperar a otros pueblos en la región si persiste la llamada « restauración conservadora », que no es sino el retorno a un pasado doloroso, cuyas huellas aún están frescas.