por Roberto Morejón

Ocho años atrás, menos de la mitad de los nicaragüenses tenía acceso a la energía eléctrica y hoy dispone del servicio el 85%, una de las aristas de los avances de un pueblo castigado por la dictadura de los Somoza y el neoliberalismo.

Si bien el Frente Sandinista de Liberación Nacional gobernó después de la caída de la tiranía, durante un período posterior como resultado de un proceso electoral, Nicaragua volvió a contar con autoridades defensoras de las extremas políticas de libre mercado.

Con el regreso de los sandinistas al poder en 2007 y con su presidente Daniel Ortega, Nicaragua recibió el beneficio de políticas de alcance popular.

Igualmente se aplicaron planes bien orientados hacia la evolución de una economía que creció más de 4% en los últimos cuatro años.

El Banco Central califica al país con finanzas públicas sanas pese a la caída de los precios de los principales productos de exportación y a la sequía que afectó la producción nacional.

La recaudación de impuestos también se incrementó más de 9% el año anterior, tributo atribuido al crecimiento económico y al establecimiento de nuevas empresas.

La cifra de empleos fijos también se acrecentó y solo en 2015 se cubrieron 80 000 nuevas plazas que permiten a su vez el incremento de otras ocupaciones informales.

Humberto López, representantes del Banco Mundial, explicó que este año continuará la gradual disminución de la pobreza y opinó que “el desempeño de Nicaragua es uno de los mejores de Latinoamérica”.

En conjugación con la mayor inversión en el sector público y el alza del turismo, el sector privado deposita sus capitales, pues valora altamente el clima de seguridad jurídica y la estabilidad social.

Las estadísticas optimistas tienen su reflejo en las principales ciudades del país, donde surgen nuevas construcciones, plazas, establecimientos comerciales y hoteles.

Con los ingresos reportados por los progresos económicos, el gobierno sandinista mejoró los servicios de salud, educación, infraestructura y agua.

La mayoría de los nicaragüenses evocan con malestar la situación de antes de 2007, cuando los cortes de electricidad podían alcanzar 12 horas diarias, y saludan las inversiones del gobierno sandinista en el campo energético, principalmente en las fuentes renovables.

Gran impacto causó la decisión de construir un canal interocéanico, un sueño ancestral de los nicaragüenses.

Con el aval de ubicarse como la tercera economía de más auge en Centroamérica y el Caribe después de Panamá y República Dominicana, el presidente Daniel Ortega fue postulado por su partido como candidato a las elecciones del 6 de noviembre próximo.

La oposición dividida carece de argumentos para rebatir la ejecutoria gubernamental.