Otra vez el próximo 26 de octubre, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, nuestro país presentará su Resolución contra el bloqueo económico, comercial y financiero que le impone el Gobierno de Estados Unidos desde 1961.
De ahí la pertinencia de que la voz de la Isla se escuche en todo el mundo y de que se reunieran la víspera estudiantes y diputados en una Audiencia Parlamentaria convocada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, para condenar esa injusta política.
El bloqueo impone a Cuba medidas aplicables a una guerra no declarada contra nuestro pueblo, las cuales persiguen asfixia económica e incomunicación para rendirnos por hambre y necesidad, precisó la joven Arlín Alberty, diputada y subdirectora del diario Granma.
Luego del 17 de diciembre de 2014, Estados Unidos ha cambiado métodos, pero no objetivos. Y en ese sentido, Alberty explicó que aún se mantienen las transmisiones de TV y Radio Martí, sigue ocupando en territorio guantanamero la Base Naval y todavía hay bancos multados en diferentes países por hacer transacciones con Cuba.
Asimismo, el diputado Oscar Luis Hung, vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos y presidente de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba, aclaró que siete de cada diez cubanos han nacido bajo el bloqueo y han tenido que vivir con todas las restricciones que ello les causa.
«No hay sector ni familia cubana que no sufra sus consecuencias. Seguimos sin poder importar y exportar productos con Estados Unidos desde y hacia Cuba», argumentó Hung.
Acerca de los perjuicios que ocasiona esa política en el sector de la Salud, habló la estudiante de Medicina Lisset Conde, la integrante más joven del Parlamento cubano.
«Nos dificulta comprar equipos, piezas, acceder a tecnología de punta y reactivos, entre otros productos que debemos adquirir en mercados distantes y a través de intermediarios. Pero también perjudica al pueblo estadounidense, que no puede obtener adelantos nuestros como la vacuna contra el cáncer», comentó.
Y a pesar del bloqueo, la joven expuso que hoy en Cuba la esperanza de vida al nacer supera los 78 años, la Isla fue el primer país en eliminar la transmisión del VIH y la sífilis de madre a hijo, y cuenta con brigadas médicas en más de 67 países.
Igualmente, la diputada guantanamera Idaliena Díaz Casamayor, miembro de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente e instructora de arte en una escuela de enseñanza especial, señaló que pese al bloqueo y las carencias, cada año casi dos millones de niños con necesidades educativas especiales comienzan aquí un nuevo curso escolar.
La esfera de las telecomunicaciones tampoco escapa a las consecuencias del bloqueo. Sobre ello, el diputado Jorge Luis Mazorra, miembro de la Comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento cubano y estudiante de Telecomunicaciones en la Universidad Tecnológica de La Habana, argumentó las trabas que pone esta política para obtener a través de la Red de redes información novedosa y útil, con vistas a la investigación científica y la superación académica.
«Sin embargo, nuestro país exhibe un Plan Nacional de Informatización que, entre otras líneas, busca acercar la tecnología y su uso a las comunidades», acotó Mazorra.
Es que Cuba y su lucha contra el bloqueo ha contado siempre con dos elementos fundamentales: la resistencia del pueblo y la solidaridad del mundo. Así lo afirmó la diputada Jennifer Bello Martínez, miembro del Consejo de Estado y presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria.
Como joven cubana y parlamentaria nacida en la época en que más se recrudeció esta política, Bello Martínez convocó a los ciudadanos del mundo a sumarse a esta campaña contra el bloqueo y a no desmovilizarse, pues la lucha continúa.
Al término del encuentro, la diputada Adriana Pérez dio lectura a la declaración final, que llamó a continuar la batalla para poner fin a esta política genocida.
La Audiencia estuvo encabezada por los miembros del Buró Político Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional; Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, y Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, así como por José Ramón Balaguer Cabrera, miembro del Secretariado del Comité Central, y representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores, entre otros invitados.
Por: Yunet López/Juventud Rebelde.