Por: Roberto Bastida
Una de Las grandes obras de nuestro máximo líder fue la Escuela Latinoamericana de Medicina, ELAM. Tenemos el placer de dialogar con la doctora Anabel Baños, vicerrectora general de ese centro de estudios superiores.
Doctora, ¿qué siente la ELAM ahora que Fidel no está físicamente junto a nosotros?
En primer lugar, decirle al Mundo que la figura de nuestro Comandante no se ha ido, está con nosotros, sobre todo con la ELAM. Los estudiantes de la escuela pidieron acompañar a la caravana porque realmente todo el tiempo necesitan estar cerca del Comandante porque la ELAM fue su fruto.
Todos los graduados de este hermoso proyecto creado por el Comandante, que son más de 27 mil desde que se fundó la escuela el 15 de noviembre de 1999, desde cada rincón de sus países están llorando la muerte física de Fidel. Pero saben que nuestro Comandante vive en el corazón de todos los cubanos y de todos los latinoamericanos y de todos los países donde hay cada graduado.
En la ELAM desde que supimos la noticia del deceso de nuestro comandante se han realizado múltiples actividades como vigilias con cantos en honor a su figura, a sus ideas. Junto a los profesores estuvieron presentes en el Memorial el lunes y el martes en el acto central en la Plaza de la Revolución, donde reafirmaron una vez más el concepto de Revolución.
Porque lo que nos pedía el Comandante era precisamente eso, que continuáramos trabajando, que continuaran estudiando, que nosotros formáramos a esa generación que donde quiera que esté va a llevar muy en alto las ideas de Fidel y de la medicina cubana.
Doctora, médicos que se educan sin que les cueste un centavo, porque no damos lo que nos sobra, sino lo que tenemos.
Precisamente esa fue la idea central del comandante, que estudiantes de bajos recursos de países Latinoamericanos, de regiones donde no existieran incluso médicos, vinieran a formarse. Mismos que hoy día están poniendo en alto todo lo que significa la medicina cubana y que trabajan incluso con las misiones médicas cubanas. Jóvenes que están tratando de llevar a sus lugares todos esos valores que les son inculcados desde que llegan a la ELAM.
Y ver la grandeza de nuestro máximo líder en esos jóvenes norteamericanos, país que nos tiene bloqueado y tanto daño nos ha hecho, que también vienen gratuitamente a prepararse a la ELAM.
Ellos tienen un sentido de responsabilidad ante el estudio, no les preocupa el tiempo y siempre están ayudando en la escuela, realmente están reafirmando esos valores, y yo pienso que es una muestra de solidaridad. Lo demostraron cuando el terremoto en Haití que fueron los primeros en llegar con la bandera de la ELAM y ponerse a disposición de lo que hiciera falta en ese momento y así es todo el tiempo.
Una vez más vemos la grandeza de ese líder y su legado, como usted decía doctora, tenemos que continuarlo.