Por Arnaldo Musa

La política norteamericana en el caso sirio ha tomado el camino que pudiera calificarse de histérico, ante la comprobada utilidad de la ayuda solidaria de Rusia al Ejército Árabe Sirio en la lucha contra el terrorismo, y al respecto el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que EE.UU. es capaz de hacer las peores cosas para evitar el inexorable triunfo del gobierno de Bashar al Assad.

Para Washington es insoportable lo que el ejército ruso exhibió en el frente de Siria, al mostrarlo realmente como un jugador geopolítico en el espacio internacional.

Y es que Rusia no solo defendió al legítimo gobierno del presidente Bashar al Assad o a conservar la integridad del Estado sirio, sino que su ejército marchó a detener un proceso destructivo de alcance mundial, y en ello radica su fuerza.

No solo hay que remitirse a declaraciones de Putin, sino también a diferentes expertos internacionales, para comprobar que el Complejo Industrial Militar (CIM) y el Ejército están etiquetando de invencible a la nación matriz o principal de la que fuera la Unión Soviética.

En plena campaña imperialista para “castigar” la política soberana de Moscú, con la administración de cada vez más fuertes sanciones económicas contra Rusia, con la aquiescencia de la aún dócil Unión Europea, el gobierno ruso no ha reparado en invertir ingentes recursos en el campo militar, que tenía planificado para mejorar la calidad de vida de la población, la cual, no obstante, ha aplaudido una política inteligente que deja bien claro la soberanía del país, con el apoyo, incluso, de sectores opuestos a Putin.

Al respecto, el exjefe de la Dirección Principal de Cooperación Militar Internacional del Ministerio de Defensa de Rusia, coronel general Leonid Ivashov, también presidente de la Academia de Asuntos Geopolíticos, aseveró que el CIM y el Ejército “funcionan a su máxima potencia y garantizan toda una línea de armamentos de avanzada en diversas esferas: la aérea, la espacial y, claro está, las fuerzas terrestres, que también recibieron los más modernos sistemas de armas”.

Realmente, los expertos consideran que ha habido coincidencia en que “las armas modernizadas de Rusia son una póliza de seguro contra los planes agresivos de nuestros vecinos”, así como que "fue elegida correctamente la estrategia de defensa del país".

Por eso Putin, durante una reunión con altos mandos del Ministerio de Defensa de Rusia el pasado día 22, afirmó que Rusia "es más fuerte que cualquier agresor potencial", confirmó la capacidad del Ejército ruso en responder inmediatamente al enemigo.

Además, el país tomó medidas para protegerse de amenazas que provienen de vuelos cerca de sus fronteras, al intensificar los integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) la actividad de los servicios de inteligencia., principalmente en el suroeste.

Así, Rusia se vio obligada a aumentar un 61% el número de cazas para prevenir violaciones del espacio aéreo en el Báltico, el mar Negro y el Ártico, y sus aviones de larga distancia aseguran la presencia militar de Rusia en regiones del mundo de importancia estratégica.

"La aviación de larga distancia realizó 17 vuelos patrullados al mar de Noruega, del Norte, Negro, de Japón y Amarillo, la parte occidental del Pacífico y la parte noreste del Atlántico, así como zona del Ártico", dijo un parte militar de Moscú, lo cual puede considerarse como una respuesta a la cumbre de julio último de la OTAN, la cual aprobó un incremento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa al decidir emplazar cuatro batallones multinacionales, de 600 a 1.000 militares cada uno, en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, en el marco de su política de contención a Rusia.

Paralelamente, la Alianza sigue desplegando armas antimisiles estadounidenses en Europa, luego que Estados Unidos abandonó un tratado al efecto con el gobierno ruso.

Pero la respuesta rusa no se ha hecho esperar, y ya su Ejército cuenta con avanzado material bélico que iguala y hasta supera los de las fuerzas imperialistas.

Asimismo, China ha incrementado sus nexos en todo sentido con Rusia, y aunque no es oficial, ya comienzan a anudarse los lazos de una alianza para poner fin a ‘las ambiciones imperialistas de Occidente.

Recordemos que en el acto por el aniversario 95 del Partido Comunista, el presidente chino, Xi Jinping, expresó que, “actualmente, somos testigos de acciones agresivas de EE.UU. tanto hacia China como Rusia. Creo que Rusia y China pueden crear una alianza ante la cual la OTAN sea débil”.

Xi se mostró además convencido de que esa coalición militar “pondría punto final a las ambiciones imperialistas de Occidente” a lo largo del mundo.

En esta línea, Xi pronosticó la debacle de la Unión Europea (UE), junto con la economía de EE.UU., hechos que “terminarán con un nuevo reordenamiento del mundo”. “El mundo está al borde de un cambio radical (…) en los próximos diez años, podemos esperar un nuevo orden mundial en el que el factor clave será la alianza ruso-china”, aseguró.

Las declaraciones de Xi tuvieron lugar apenas unos días después de la visita a China del presidente ruso, Vladimir Putin, quien ha viajado cinco veces al país asiático en los últimos tres años. Ambos líderes de los gigantes asiáticos escenificaron su buena relación bilateral y reafirmaron el compromiso de impulsar la cooperación con la firma de nuevos acuerdos.

Así, Rusia hace frente al belicismo estadounidense, con una postura firme, nunca claudicante, la cual puede lograr la disuasión para evitar no solo una agresión, sino el estallido de una que lleve al planeta a la debacle total.

(Tomado de Cubasí)