La Política Económica y Social del Partido y la Revolución analiza con especial interés el tema del envejecimiento poblacional, como lo demuestra el lineamiento 144: Brindar particular atención al estudio e implementación de estrategias en todos los sectores de la sociedad para enfrentar los elevados niveles de envejecimiento de la población.
No obstante, el incremento sostenido del porciento de adultos mayores sobre el total de la población se relaciona con la sostenibilidad económica, social, demográfica y ambiental del país y como proceso, hay que verlo con una estrategia de población y desarrollo.
Para el doctor Juan Carlos Alfonso Fraga, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, la respuesta a la interrogante que da título a este trabajo es bastante clara:
«Nosotros somos un país envejecido porque tenemos un desarrollo humano alto, no por ingreso, ni por producto interno bruto per capita, sino por resultados en educación y en salud.
«Vivimos más porque tenemos más salud, más educación; tenemos más asistencia social y más seguridad ciudadana. Todo eso hay que verlo en un contexto. Cuba es un país de muy baja mortalidad, de una elevada esperanza de vida. Como vivimos más nos morimos menos.
«Yo siempre he dicho que el envejecimiento es el triunfo de la vida sobre la muerte. No hay que asustarse ni verlo negativo porque en el caso nuestro es resultado del proceso de desarrollo social alcanzado con la Revolución. De eso no cabe la menor duda.»
ALGUNOS NÚMEROS QUE ILUSTRAN
Las estadísticas de los últimos decenios confirman que desde el 1978 Cuba no tiene un reemplazo generacional, pero los datos también revelan otros fenómenos que en materia de población enfrenta el país y que no se presentan de la misma manera en todos los territorios.
La provincia con mayor grado de envejecimiento es Villa Clara. Le sigue La Habana — la capital tiene una peculiaridad: el municipio de Plaza de la Revolución es el más envejecido del país con un 27 % de adultos mayores— y después Sancti Spíritus.
En el extremo opuesto se ubica el oriente del país, donde la cifra de individuos con más de 60 años es menor. En este contexto sobresale Yateras (provincia de Guantánamo) que es el municipio menos envejecido con solo un 10 % de ancianos.
Otro fenómeno interesante es que la mayoría de los adultos mayores son mujeres y la mayor parte de los que rebasan la sexta década de vida son urbanos, situación de la que se deriva un proceso igualmente interesante: en las zonas rurales se está manteniendo una población masculina, envejecida y sola.
También las cifras arrojan que en los últimos años se viene registrando un ascenso de la inmigración permanente entre los que se incluyen personas de más edad.
EL FUTURO YA ESTÁ AQUÍ
En 1966 nacieron 266 000 niños en Cuba. Entonces había un millón menos de mujeres en edad reproductiva que en la actualidad. En el 2016 los nacidos fueron 117 000.
«El año pasado crecimos en 220 habitantes. Es un crecimiento nulo», refiere el doctor Alfonso Fraga.
La singularidad del envejecimiento poblacional en Cuba está en la rapidez con que se ha dado. Mientras en Europa el proceso tomó 200 años y fue propiciado por la revolución industrial, el desarrollo del colonialismo y del capitalismo, en la Mayor de las Antillas se ha registrado en apenas decenios y en situaciones económicas desfavorables.
Hacia finales de la primera mitad del presente siglo las proyecciones son: para el 2020 se calcula que habrá un 21,5 % de adultos mayores, en el 2030 vamos a tener alrededor del 30 %, finalmente en el 2050 el pronóstico es que haya 36,2 % de personas con 60 años y más y estaremos entre los países más envejecidos.
«En el 2019 vamos a llegar a 60 años los primeros adultos mayores de la Revolución, los que nacieron en el 59. Son adultos mayores diferentes, más educados, reclaman más, participan más y los necesitamos cada día más», señala el director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
EN LA FAMILIA ESTÁ EL SOSTÉN
En Cuba hay una comisión gubernamental que atiende la dinámica demográfica para dar respuesta al lineamiento 144 de la Política Económica y Social del Partido. Además de eso, existe la voluntad del estado de atender las necesidades del adulto mayor.
En un contexto socio-demográfico en el que la familia tiende a ser cada día más pequeña, es precisamente este núcleo humano el sostén principal del proceso de envejecimiento y es la sociedad en su conjunto la que debe crear fórmulas para garantizar el cuidado de los adultos mayores tanto en formas estatales como no estatales. Para lograrlo el estado destina recursos financieros y humanos a las casas y círculos de abuelos, a las cátedras del adulto mayor y a las iniciativas que propicien la participación de los adultos mayores en la sociedad.
Sobre estos espacios de intercambio para la tercera edad opina el doctor Alfonso Fraga: «Esta es la gran ventaja de las casas del abuelo y de las cátedras del adulto mayor: es hacerlos participar, movilizar a nuestros abuelos en la sociedad. ¡Cuánto conocimiento y experiencia! Con eso podemos sentirnos seguros pero hay que desarrollarlo y cuidarlos».
Tomado de diario Granma.