Por: Jessica Arroyo Malvarez y Lorena Viñas Rodríguez
El orquideario de Soroa ubicado en la provincia cubana de Artemisa es uno de esos parajes que atrapa al visitante por su extraordinaria belleza.
Cuenta Marcial Revol González, guía del lugar, que la construcción del Jardín Botánico se inició por octubre de 1943 a pedido del señor de Islas Canarias Tomás Felipe Camacho, abogado de profesión y miembro de la Sociedad Cubana de Orquídeas.
Camacho dedicó esfuerzos y finanzas a recrear un sitio dedicado a sus mujeres favoritas, su hija menor, quien había muerto de parto y a su esposa. Su intención era buscar un espacio donde el recuerdo de ambas quedara perpetuada en sus amadas orquídeas.
Al no conocer como realizar este propósito contrató a un afamado botánico japonés para que le ayudara en la compra y cultivo de esa exuberante flora.
700 especies y 6000 variedades de plantas ornamentales y de árboles formaban inicialmente el paisaje del Orquideareo de Soroa. La construcción demoró nueve años para su culminación y según los registros se empleó un millón y medio de pesos de la época en una zona de 35 mil metros cuadrados.
En 1960 Camacho visita a Islas Canarias con el objetivo de regresar, pero muere el 17 de noviembre de 1961 en Tenerife a causa de un ataque cardiaco.
El jardín pasó en 1962 al estado cubano y tras formar parte de varias instituciones del gobierno, en 1978 se adjudicó a la Universidad de Pinar del Río, como centro de investigación científica en orquídeas.
En la actualidad se dan conferencias y cursos para las personas interesadas en el cultivo y la conservación de estas plantas a nivel mundial. Además de poseer un espacio para la exhibición de especies florecidas.
Hoy existen más de 20 000 ejemplares de 700 especies de esta codiciada flor, siendo el mayor Orquideario del país y uno de los más importantes a nivel mundial.
La familia de las orquídeas es una de las más numerosas hay entre 25 mil y 35 mil especies naturales y más de 60 mil híbridas, o sea hechas en laboratorio o híbridos naturales.
Un 30 por ciento crece directamente en la tierra como la orquídea bambú, en tanto el 70 por ciento son epífitas, es decir crecen sobre los árboles, pero no se alimentan de ellos y en su mayoría las raíces crecen en el aire, aunque se pueden observar que se adhieren a la corteza para soportar la planta. Solo un 10 por ciento florece todo el año.
El Orquideario de Soroa es el resultado de un deseo cumplido y de una historia de amor que se entrelaza entre el hombre y la naturaleza.