Grecia y el rescate que condujo a una Odisea moderna

Editado por Saily Pérez Gordillo
2018-09-28 09:56:42

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Imagen ilustrativa. Foto/Archivo

Por Ivette Fernández Sosa

Grecia finalizó exitosamente el llamado programa de rescate financiero según el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), por lo cual el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, declaró que el país vivía una jornada de liberación.

Hoy es el final de una 'Odisea moderna', dijo desde la Isla de Ítaca el 21 de agosto, en referencia a la obra homérica sobre las peripecias del rey Ulises que, tras vencer decenas de titánicos desafíos, pudo llegar a su tierra natal.

Durante el discurso posterior al fin del rescate, el primer ministro griego aseguró a los obreros en los astilleros de la isla de Siros que el gobierno trabajaría por aumentar el salario mínimo y la reimplantación de los convenios colectivos, aun cuando ello no pudiera ser ejecutado en breve.

Tras poco más de un mes del fin del programa de rescate y de las optimistas declaraciones de Tsipras, una encuesta del centro Metron Analysis revelaba que el 89 por ciento de los ciudadanos consideraba que la austeridad y los recortes seguirían aun después de concluido el 'salvamento' financiero.

Y es que tras casi una década de rescate -cifrado en casi tres mil millones de euros-, Grecia implementó fuertes recortes sociales y la adopción de políticas antiobreras, so pena de no recibir la liquidez precisada por el país.

La Troika, entidad integrada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE), a cambio de la ayuda financiera exigió al gobierno heleno algunos sacrificios en busca de garantizar el 'enrutamiento de la economía' de esa nación.

Fue así como, desde 2010, Grecia realizó reformas en los sectores de salud y educativo, en los que se redujo el presupuesto e incluyó el despido de miles de profesionales de la docencia y la medicina.

Según cifras divulgadas por la Oficina Europea de Estadística, la tasa de desempleo en la nación helena fue en 2017 la más alta de la Unión Europea con el 21,05 por ciento, cifra que se duplica para los menores de 25 años.

Disminuyeron durante la última década, asimismo, las pensiones por discapacidad, se encarecieron los productos de primera necesidad con el decreto del aumento del impuesto al valor agregado a 23 por ciento y se eliminaron las garantías laborales.

Además, para disponer de los millones de un rescate, Grecia debía dejar de pertenecerse y accedió a un reparto de su patrimonio como otra de las demandas que la Troika ideó, además del estrangulamiento de los derechos laborales y sociales.

El llamado Fondo de desarrollo de activos de la República Helénica se creó en 2011 y su gestión fue decisiva para la privatización de los puertos de Pireo y Salónica, y la venta de los 14 aeropuertos regionales y el internacional de Atenas a una empresa alemana (Germany Fraport).

Se privatizó, también, la Organización Helénica de Telecomunicaciones SA, la empresa de correo Hellenic Post SA y las entidades del sistema energético como la Operadora del sistema de transmisión de gas griego, la Hellenic Petroleum, la Public Power Corporation y la Public Gas Corporation.

Después de ocho años de severos recortes sociales, según datos divulgados por la CE, Grecia registró un crecimiento de un 1,4 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en 2017.

No obstante, cifras recientes de la autoridad estadística helénica demuestran que el crecimiento económico por el que se enorgullece la CE podría estar ralentizándose.

El Producto Interno Bruto (PIB) de Grecia creció 0,2 por ciento durante el segundo trimestre de este año, en comparación con el período anterior.

De tomarse en cuenta la lectura entre enero y marzo, cuando la nación europea registró un crecimiento de 0,9 por ciento, el desempeño económico muestra señales de desaceleración.

Por otra parte, analistas advierten del peso de la deuda pública helena, considerada por el FMI insostenible a largo plazo, y por la cual incluso llegó a advertir a la Eurozona de que esa nación necesitaría un nuevo alivio de la misma dentro de unos años.

'Las perspectivas a largo plazo (de sostenibilidad de la deuda) siguen siendo inciertas', admitió Peter Dohlman, jefe de la misión del FMI para Grecia.

Considerada como la más grande de la Zona Euro, al cierre de 2017 la deuda pública griega fue de 178,6 por ciento del PIB.

A juicio del exministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, la nación europea continúa en la misma situación precaria que le llevara a recurrir a los organismos internacionales en busca de ayuda financiera.

'Grecia está en el mismo punto, en el mismo agujero negro y cada día se hunde un poco más en ese agujero', consideró el político en una entrevista publicada por el diario alemán Bild.

Varoufakis sentó sus consideraciones en la caída de las inversiones que el Banco de Grecia estimó en más del 60 por ciento, y la reducción del consumo interno.

Los ciudadanos son ahora más pobres, el Estado griego está todavía en situación de quiebra y las empresas en bancarrota, consideró también el experto.

En tanto, el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, concluyó que ese país recuperaba su libertad pero alertó que aún debía seguir adoptando reformas.

'La conclusión del rescate conlleva nuevas responsabilidades, que son completar las reformas y continuar adoptando otras con el objetivo de incrementar su potencial de crecimiento. Es clave para mantener la confianza de los inversores', explicó Centeno.

Asimismo, refirió que la CE y el MEDE activarán una vigilancia 'reforzada' para supervisar que Atenas cumpla con los compromisos adquiridos en el marco del programa.

Este modelo de control supone la elaboración de informes sobre los progresos conseguidos y visitas trimestrales a Grecia, donde también participará el FMI.

'Grecia culminó su rescate financiero exitosamente', estimaron funcionarios de entes europeos soslayando las profundas deformaciones económicas que ahora el gobierno heleno debe corregir o las supervisiones y los ajustes para cumplir con los compromisos contraídos que aún le quedan por delante.

A pesar del optimismo de Tsipras, que dio por finalizado el infierno vivido por Grecia durante los últimos años, a esta Odisea moderna como él mismo la calificó, todavía parecen quedarle algunos capítulos. (Fuente: PL)

 



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