La ayuda humanitaria como cortina de guerra de EE.UU. contra Venezuela

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-02-15 08:33:54

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Foto: Archivo.

Por: Moon of Alabama

Caracas, 15 de feb (RHC) Un día luego del intento de golpe de Estado norteamericano en Venezuela, el plan de juego estadounidense ya era bastante obvio:

“La oposición en Venezuela probablemente accederá a ese dinero congelado para comprar armas y crear un ejército de mercenarios para combatir una guerra civil contra el gobierno y sus seguidores. Como en Siria, las fuerzas especiales estadounidenses y las contratistas de la CIA estarán ansiosas de ayudar. La línea de suministro para tal guerra entraría por Colombia. Si, como en 2011 en Siria, una guerra en el terreno es planificada, probablemente empezaría en las ciudades cerca de la frontera”.

Estados Unidos está usando el pretexto de “enviar ayuda humanitaria” desde Colombia a Venezuela para socavar al gobierno y establecer una línea de suministro para futuras operaciones. Es otro intento de jalar a los militares hacia el lado de los conspiradores del golpe:

“Si los camiones logran cruzar, la oposición se puede presentar como una solución al sufrimiento crónico de Venezuela, mientras que Maduro dará la apariencia de haber perdido el control de las fronteras del país. Eso podría acelerar las deserciones en el partido gobernante y el ejército.

“Dimitris Pantoulas, un politólogo en Caracas, definió el plan de la oposición como una apuesta de alto riesgo. (…)

“Esto se centra en un 99 por ciento en el ejército y el 1 por ciento es sobre los aspectos humanitarios”, dijo. “La oposición está probando la lealtad de los militares, al elevar el costo de apoyar a Maduro. ¿Están con Maduro o no? ¿Rechazarán la ayuda? Si la respuesta es no, entonces las horas de Maduro están contadas'”.

Un artículo de opinión del New York Times por el ex ministro de Exteriores mexicano y de derecha Jorge G. Castañeda, detalló la potencial escalada:

“Según Guaidó y otras fuentes, 20 millones de dólares en medicinas y comida provenientes de Estados Unidos serán recibidos esta semana fuera del territorio venezolano: en Cúcuta (Colombia), en Roraima (Brasil) y en una isla del Caribe cercana a la costa venezolana, ya sea Aruba o Curazao.

“Oficiales militares y miembros de las tropas del ejército que se encuentran exiliados trasladarían esos suministros a Venezuela, en donde, si todo sale bien, los efectivos del ejército que aún son leales a Maduro no detendrán su recorrido ni les dispararán. Si lo hacen, los gobiernos de Brasil y Colombia podrían estar dispuestos a respaldar a los soldados anti-Maduro. La amenaza de un enfrentamiento con sus vecinos podría ser el incentivo que los militares venezolanos necesitan para abandonar a Maduro, lo que haría que el combate sea innecesario”.

Esta estrategia de escalamiento es improbable que funcione a menos que provocaciones adicionales se involucren. El gobierno venezolana bloqueó el puente fronterizo entre Cúcuta en Colombia y San Cristóbal en Venezuela. Su fuerza armada permanece listo para detener cualquier violación a la frontera del país.

Estados Unidos respondió al bloqueo de la vía con un tweet santurrón:

¿El gobierno estadounidense, que apoya activamente la subsimión del pueblo de Yemen a morir de hambre, está preocupado por una Venezuela en la que hasta ahora no ha muerto nadie de inanición?

La fuerza armada venezolana no ha mostrado signo alguno de cambiar su lealtad. La falsa ayuda será rechazada.

El gobierno de Venezuela no rechaza ayudas que vienen sin interferencia política. El año pasado aceptó una modesta ayuda de la ONU que consistió sobre todo en suplementos médicos de los que Venezuela no pudo adquirir por las sanciones estadounidenses. La ONU afirmó que alrededor del 12% de los venezolanos están desnutridos. Pero tales declaraciones se han hecho durante años mientras reportes audiovisuales desde Venezuela confirmaron sólo desabastecimiento de productos específicos. No existe hambruna en Venezuela que requeriría una inmediata intervención.

La Cruz Roja Internacional, la organización de la Iglesia Católica Cáritas y las Naciones Unidas rechazaron las solicitudes estadounidenses para entregar la “ayuda” actualmente planificada porque está obviamente politizada:

“La acción humanitaria necesita ser independiente de objetivos políticos, militares, etc.’, dijo el portavoz de la ONU Stephane Dujarric a reporteros en Nueva York el miércoles. (…)

“Lo importante es que la ayuda humanitaria sea despolitizada y que las necesidades del pueblo sean dirigidas en términos de cuándo y cómo la ayuda humanitaria es usada’, adhirió Dujarric”.

Rechazar ayudas por razones políticas no es inusual. Cuando el huracán Katrina en 2005 causó gran daño en las costas del golfo estadounidenses, un número de países ofrecieron ayuda humanitaria y técnica. El presidente Bush aceptó el auxilio de algunos países, pero denegó la ayuda de otros:

“Una oferta de ayuda por parte del presidente venezolano Hugo Chávez, que incluía dos unidades hospitalarias móviles, 150 expertos en rescate y primeros auxilios, y 50 toneladas de comida, fueron rechazadas, de acuerdo al líder por los derechos civiles Jesse Jackson.

“El señor Jackson dijo que la oferta del líder venezolano, a quien recientemente conoció, incluía 10 plantas purificadoras de agua, 18 plantas de generación eléctrica, y 20 toneladas de agua embotellada”.

El intento estadounidense de establecer una línea de suministro para la “ayuda humanitaria” en Venezuela tiene un segundo propósito. Tal ayuda es la cubierta ideal para la provisión de armas. En la década de 1980, los vuelos designados a la “ayuda humanitaria” para Nicaragua fueron cargados de armamento. Las órdenes para esos vuelos fueron dadas por Elliot Abrams, quien es ahora el enviado especial de Trump para Venezuela.

Mientras los camiones desde Colombia son bloqueados en la frontera, otra “ayuda humanitaria” de los Estados Unidos arribó al país.

“Funcionarios en Venezuela han acusado a los Estados Unidos de enviar una provisión de rifles de alto calibre y municiones en el equipaje de un vuelo comercial de Miami, para que pudiera llegar a las manos de los oponentes del presidente Nicolás Maduro.

“Miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) hicieron el sorprendente descubrimiento sólo dos días luego de que un avión llegara al Aeropuerto Internacional Arturo Michelena en Valencia.

“Los inspectores encontraron 19 rifles, 118 cargadores y 90 radios inalámbricos mientras investigaban el vuelo que ellos dicen arribó el domingo en la tarde. En una redada del lunes se capturaron tres miras de rifle y seis iPhones”.

Las imágenes muestran suficiente equipo para un escuadrón de infantería. Quince rifles de asalto AR-15 (5.56), un arma automática MicroGraco (7.62) con un tambor cargado, y un fusil francotirador Colt 7.62, así como equipo accesorio. Lo que falta son las municiones.

Con un solo transporte de armas incautado, probablemente muchos pasen por debajo. Pero para operar una guerra contra un gobierno los suministros de armas no son suficientes. Estados Unidos tendrá que establecer una continua línea de provisión para pesadas y voluminosas municiones. Ahí es donde entran los convoyes de “ayuda humanitaria”.

A menos que una gran parte de la FANB cambie de lado, cualquier intento de derrocar al gobierno venezolano por la fuerza está condenado al fracaso. Estados Unidos podría usar su ejército para destruir el ejército venezolano. Pero el Senado estadounidense está discutiendo un potencial uso de las fuerzas norteamericanas en Venezuela. Los demócratas lo rechazan fuertemente.

“Una resolución del Senado para apoyar al líder opositor venezolano Juan Guaidó, una vez esperando animoso apoyo, ha sido torpedeado por un desacuerdo sobre el uso de la fuerza militar, según senadores y asistentes trabajando en la materia. (…)

“Creo es importante para el Senado expresarse sobre la democracia en Venezuela, apoyando al presidente interino Guaidó y la asistencia humanitaria. Pero también pienso que se debería dejar claro el hecho de que el apoyo no contará con cualquier tipo de intervención militar’, dijo a NBC News el senador Bob Menendez”.

Es poco probable que Trump ordene una intervención militar sin el consentimiento bipartisano.

La inserción clandestina de una fuerza “guerrillera” mercenaria en Venezuela es seguramente posible. Pequeñas líneas de provisión puede ser establecidas de manera secreta. Pero, como lo demostró la guerra en Siria, tal plan no puede tener éxito a menos que la población dé la bienvenida a las fuerzas antigubernamentales.

Bajo el actual gobierno, la mayoría del pueblo en Venezuela aún están mejor que durante las administraciones antes de Chávez. Este video y este hilo explican la historia económica de Venezuela y el enorme progreso que se ha hecho con Chávez y Maduro. El pueblo no olvidará eso incluso cuando la situación económica se vuelva más difícil. Saben quién jala las cuerdas detrás de “Random Guy” Guaidó, quien ahora se adjudica la presidencia. Saben bien que esa gente rica probablemente no vaya a mejor sus apuros.

Los políticos estadounidenses están cometiendo los mismos errores con Venezuela que incurrieron en las guerras de cambio de régimen en Irak y Siria. Ellos creen que todos los pueblos son tan corruptos y nihilistas como ellos. Ellos creen que los otros no pelearán por sus creencias y sus propios estilos de vida. Una vez más se mostrarán equivocados.

Moon of Alabama (Luna de Alabama) es un portal de información y análisis alternativo que se ocupa de una generosa variedad de temas, con bastante hincapié en las principales situaciones que se desarrollan a nivel global, con particular acento, en este momento, en la guerra contra Siria y los ires y venires del actual estado de excepción que se atestigua en Estados Unidos, su política y sus medios.

Por lo general se trata de trabajos firmados por “b” (como abreviatura de Bernhard), quien escribe y coordina el medio, no obstante, también publican colaboraciones o trabajos especiales de otros autores.

Publicado originalmente el 7 de febrero de 2019, la traducción para Misión Verdad fue realizada por Ernesto Cazal. (Fuente: Misión Verdad)



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