José Maceo Grajales, coraje y valentía a toda prueba (+Foto)

Editado por Martha Ríos
2019-07-05 14:24:37

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Su ejemplo de valentía e intransigencia es un legado para todas las generaciones de cubanos patriotas.  Fotos: Archivo

Por Jorge Wejebe Cobo

El patriota cubano José Maceo cayó herido de muerte el 5 de julio de 1896 en Loma del Gato, en las cercanías de Santiago de Cuba, cuando su ímpetu lo llevó al frente de sus tropas para generalizar el combate contra las posiciones enemigas.

Ese día acabó una vida que superó la leyenda a fuerza de coraje, impetuosidad, lealtad a la Patria en los combates contra el colonialismo español y su resistencia en las cárceles hispanas.

Había nacido el 2 de febrero de 1849, en Santiago de Cuba, y tuvo junto a sus otros hermanos como entorno formador las agrestes estribaciones de la Sierra Maestra, en la finca familiar de Majaguabo.

Allí, el padre le enseñó el arte del combate al machete en pleno campo, muy lejos de los estilizados salones de la esgrima, y se hizo, además, experto jinete y certero tirador.

Mariana Grajales, la excepcional madre, y Marcos Maceo, el padre, inculcaron a sus descendientes altos valores éticos, de amor filial, honradez acrisolada, dedicación al trabajo, valentía, solidaridad y sobre todo un profundo sentimiento antiesclavista e independentista para la Patria colonizada.

José junto a Antonio, el padre y otros hermanos secundaron el grito de independencia de Carlos Manuel de Céspedes, en octubre de 1868, y libró más de 400 acciones militares en las que alcanzó el grado de Mayor General del Ejército Libertador.

En 1879 fue uno de los iniciadores de la Guerra Chiquita en Santiago de Cuba; pero por la falta de condiciones y organización  acuerda un pacto con el ejército español en Guantánamo, el dos de junio de 1880, en el cual los cónsules de Inglaterra y Francia garantizaban la libertad de José Maceo  y sus acompañantes.

Viajaron con él, su esposa, sus hermanos Felipe Regüeiferos Grajales y Rafael Maceo Grajales “Cholón", y otros.

Pero el barco que los llevaría al exterior fue interceptado en altamar por orden del Gobernador General de la Isla y los cubanos resultaron apresados y conducidos a Chafarinas, España, donde José permaneció hasta 1882.

El llamado León de Oriente no se resignó a ese destino y en julio de 1882 cuando era trasladado para otra prisión en la Ciudad de Cádiz se evadió junto con los suyos y llegó a Gibraltar, dominio británico, pero fue entregado a la policía española por las autoridades inglesas junto a sus acompañantes, bajo el pretexto de que se trataba de un delincuente  fugitivo  y no un destacado líder revolucionario cubano.

De inmediato se inició una campaña internacional en su favor, en la que participaron  importantes patriotas  como José Martí, desde Nueva York; Juan Gualberto Gómez, desterrado político en Madrid; el doctor Emeterio Betances, patriota puertorriqueño residente en París, y en el Parlamento británico el periodista irlandés, amigo de Cuba, James Okelly,y hasta Federico Engels en carta a Carlos Marx se pronunció en contra del tratamiento dado por las autoridades británicas al cubano y sus compañeros.

Sin embargo, las campañas a favor de José Maceo solo sirvieron para hacer más dura su detención, por lo que sufrió retención   en varias prisiones y ciudades ibéricas hasta que pudo escapar de Palmas de Mayorca en 1884 junto a su familia, pero esta vez de forma definitiva hacia Jamaica.

El inicio de la Guerra Necesaria (1895-1898), organizada por José Martí lo encuentra otra vez junto a su hermano Antonio y otros patriotas con los que desembarcó por Duaba, en  Guantánamo, el primero de abril de 1895.

Nuevamente las circunstancias difíciles lo ponen a prueba al sobrevivir una verdadera odisea: quedó solo y rodeado de enemigos durante más de 10 días de búsqueda de las fuerzas cubanas por las lomas de Baracoa.

La llegada de los hermanos Maceo a la contienda fue un factor indispensable para el incremento de la guerra, y José se destacó por su agresividad contra el enemigo lo que demuestra en sus combates victoriosos de La Curia, Maibío, Sagua de Tánamo, Altos de Ampudía y en las  acciones de Cauto Abajo, Altos de Santiago y El Caney.

Su ejemplo de valentía, intransigencia  ante las peores condiciones impuestas por el enemigo, en el campo de batalla y en las prisiones colonialistas es un legado para todos los tiempos de las generaciones de cubanos patriotas que resisten la ofensiva imperialista de EE.UU en su intento por doblegar el espíritu de resistencia de nuestro pueblo. (Tomado de la ACN)



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