Hace 22 días que Leonel Pachy tiene dos citas diarias, a las once de la mañana y a las cuatro de la tarde. El propietario del restaurante habanero Pizzas Pachy distribuye almuerzos y cenas a cerca de 100 personas, a partir de una donación de 30 mil pesos cubanos (CUP) que hiciera al Consejo Popular Carmelo.
Leonel no solo donó dinero en efectivo, sino que él mismo se ocupa de repartir las comidas. “El mérito está en que él mismo las lleva”, dice Raúl Toledo, director de El Saturno, restaurante del Sistema de Atención a la Familia -SAF-, donde se elaboran los alimentos.
Pero Pachy, como todos le conocen, no quiere saber de méritos. Ni publicaciones en Facebook ni grandes entrevistas, lo hizo “porque era lo que podía hacer”. Se puso en contacto con el presidente del Consejo, Orestes Fabelo Ayala y de ahí con el SAF. Fue después de verles los rostros a los abuelos que visita cada día “que comprendí lo que estaba haciendo”, confiesa un lunes a las cuatro de la tarde en ropa de deporte, mientras espera que la cena esté lista.
Vivimos un momento en que el mundo está en crisis – dice – pero “el cubano es como el delfín, tiene el agua hasta el cuello y sigue riendo”. Pachy solo espera que cuando la pandemia termine la gente no olvide los fallecidos, los problemas, los contagiados, “esperemos que la gente no olvide”.
Atlético y con 54 años a cuesta, Pachy adora correr y hacer ejercicios. Pero hace unas semanas cuando el consejo donde vive entró en cuarentena, le era imposible salir.
- ¿Por qué vas corriendo?
- Es que estoy entrenando.
Todavía hoy, cuando el Carmelo, segundo en el país en entrar en aislamiento, terminó esa fase, arrastra la costumbre de ir corriendo. De este modo, cajita de comida en mano, sube las escaleras de un edificio cerca de Línea, donde vive una señora de 82 años cuyo hijo es epiléptico o llega hasta el portal de la madre cuyo hijo es doctor del Instituto Pedro Kourí.
Mientras sube pisos, sonríe a los vecinos, y vuelve a por más bandejas, Pachy sigue corriendo. 116 comidas entrega diariamente, para un total de cerca de 300 que distribuye El Saturno. “Para eso son las ayudas. Para paliar un poco los problemas a la gente”, dice y vuelve a su auto rojo a continuar el recorrido.
Fue después de verles los rostros a los abuelos que visita cada día “que comprendí lo que estaba haciendo”. Foto: Abel Padrón Padilla.Cubadebate
De su restaurante, que hoy mantiene cerrado, también donó recipientes y botellas para envasar alimentos y líquidos. “El Saturno” también vende comidas para llevar en la puerta de Línea y 10. Hace unos meses iba a entrar en reparación como parte del proyecto Corredor cultural de la calle Línea, pero la COVID-19 paralizó muchos planes y modificó otros.
Ahora el director y sus trabajadores preparan pollo, cerdo asado, perritos y hamburguesas de domingo a domingo. Mensajeros y médicos también comen allí. Para algunos los tiempos de COVID-19 son días de descanso. Otros trabajan más que nunca. Además de coordinar todo en el SAF, Toledo, por ejemplo, a veces ayuda a los vecinos a botar la basura, “son personas que tienen muy poco”.
Los fogones y las luces de Pizzas Pachy también han tenido que parar con el cierre de los restaurantes después de la entrada del Sars-Cov-2 al país. Continuar vendiendo a domicilio se hace difícil en estas condiciones. Leonel, que es cuentapropista desde 1996 y fundó este restaurante en 2012, aprovecha mientras tanto para reparar y restaurar, en unos meses volverá.
Cuando salimos del Saturno los trabajadores terminan su jornada. Pachy ya está repartiendo la última caja de comida por hoy. Mañana seguirán corriendo.
116 comidas entrega diariamente, para un total de cerca de 300 que distribuye El Saturno. Foto: Abel Padrón.Cubadebate
El SAF “El Saturno” también vende comidas para llevar en la puerta de Línea y 10. Foto: Abel Padrón Padilla.Cubadebate
El propietario del restaurante Pizzas Pachy distribuye almuerzos y cenas a cerca de 100 personas en el Consejo Popular Carmelo. Foto: Abel Padrón.Cubadebate
(Tomado de Cubadebate).
