Consejo de los Derechos Humanos. Foto: Prensa Latina.
Ginebra, 20 sep (RHC) Los primeros foros del 45 período de sesiones del Consejo de los Derechos Humanos ratificaron esta semana el interés de algunos gobiernos en utilizar el sensible tema como instrumento de ataque e injerencia, una conducta denunciada.
Desde occidente se apeló una vez más a alegadas violaciones de los derechos humanos para sentar en el banquillo de los acusados a naciones soberanas que defienden un destino propio y no encajan en la subordinación a los objetivos geopolíticos de los poderosos. Belarús, Nicaragua y Venezuela atrajeron la atención del Consejo bajo diversas iniciativas, un "debate urgente" en el caso del país europeo y "una actualización oral de la Alta Comisionada" en el de los latinoamericanos.
De acuerdo con el embajador venezolano Jorge Valero, el órgano de 47 Estados miembros, que celebra su sesión 45 del 14 de septiembre al 6 de octubre, parece encaminado a seguir los pasos de la defenestrada Comisión de los Derechos Humanos, en la cual la politización y la selectividad estaban a la orden del día.
El diplomático insistió en que no son tiempos de ataques y sí de cooperación y solidaridad frente a la Covid-19, un enemigo común responsable de cerca de un millón de muertes en los cinco continentes.
Valero recordó que Venezuela es blanco de una permanente agresión de Estados Unidos y la administración del presidente Donald Trump, cruzada que golpea los más elementales derechos de su pueblo, como a la alimentación y la salud.
También Nicaragua, en voz de la procuradora general de la República, Wendy Morales, repudió el objetivo de desacreditar a su país desde una postura selectiva, con la que aliados de Washington pretenden convertir en voceros únicos y creíbles a opositores y organizaciones no gubernamentales.
En ese sentido, resaltó la importancia de que en el Consejo prime la objetividad y rechazó que se otorgue crédito a sectores involucrados en el intento de golpe de Estado de 2018.
Por su parte, el representante de Belarús Yury Ambrazevich alertó sobre el doble rasero esgrimido contra Minsk, marcado por las acusaciones de occidente contra el presidente Alexander Lukashenko.
Llegan a hablar de torturas a niños y abusos sexuales a detenidos, acusaciones muy serias sin la más mínima prueba, mientras ocultan deliberadamente los ataques con bombas Molotov y la violencia y las provocaciones de opositores, subrayó.
Cuba, Rusia, China y otros países reiteraron la urgencia de no manipular la cuestión de los derechos humanos y de optar por el diálogo y la cooperación a la hora de abordarla.
Al intervenir en la sesión 45 del órgano con sede en esta ciudad suiza, el diplomático cubano Lester Delgado señaló que la labor de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, puesto que ocupa la chilena Michelle Bachelet, y su oficina debería centrarse en la imparcialidad y la universalidad.
En su trabajo, la lucha contra la politización y la selectividad del asunto debería constituir un objetivo y una prioridad, afirmó.
A nombre de la isla, Delgado condenó las medidas coercitivas unilaterales, las continuas amenazas, la desestabilización y la injerencia, entre otras agresiones, las cuales violan de una manera grave y flagrante la Carta de la ONU y el Derecho Internacional.
Otra representante de Cuba, Lisandra Astiasarán, llamó la atención en uno de los debates acerca de la manera en la que la politización y los dobles raseros laceran la credibilidad del Consejo de los Derechos Humanos. (Fuente: Prensa Latina)