Imágen: Cubadebate.
Por: Redacción Razones de Cuba
Una vez más, los enemigos de la Revolución Cubana promueven la realización de actos terroristas en territorio nacional. Ahora el escenario ha cambiado, pero persisten las intenciones de perturbar la tranquilidad del pueblo cubano y afectar su desarrollo. ¿Su objetivo? Enriquecerse con el capital de los financistas de la mafia anticubana.
En este contexto emerge un nuevo personaje: Jorge Ramón Batista Calero, que se hace llamar Ultrack en sus diversas plataformas de redes sociales. Desde el discurso del odio promueve acciones de violencia y terrorismo contra Cuba. En agosto de este año comenzó a promover su canal de Telegram, que más tarde pidió ramificar en diversos lugares de la geografía nacional.
Las aspiraciones terroristas abarcan desde el sabotaje a objetivos económicos, la quema de hospitales y estaciones de policía. Plantean también agredir a funcionarios gubernamentales y agentes del orden. En el caso de Cienfuegos, luego se generó otro reducido núcleo contrarrevolucionario. Ellos serían los encargados de acometer actos terroristas y de propaganda.
Diversos testimonios de los implicados en los acontecimientos revelan las orientaciones de crear armas artesanales, que incluyen desde tirapiedras hasta cocteles molotov. Se recurre otra vez a la utilización de métodos y canales para reclutar jóvenes, manipularlos y llevarlos a cometer actos delictivos.
Otra provocación similar ha tenido lugar en el grupo de Telegram Holguín Libertad, donde siguiendo las orientaciones de Ultrack se realizaron llamamientos a llevar a cabo actos violentos, agresiones a los miembros de la Policía Nacional Revolucionaria y sostener las provocaciones hasta derrocar al gobierno.
Al igual que otros personajes mercenarios y anticubanos, Ultrack promueve desde Estados Unidos actos violentos que son severamente penados en las regulaciones legales de ese país.
Por encima de los intentos de desestabilización promovidos desde el exterior, en particular desde EE.UU., millones de cubanos están dispuestos a defender a la Patria y a la Revolución. No podía esperarse más de un pueblo como el nuestro, que ha resistido por más de medio siglo la hostilidad de un imperio cruel y prepotente.