Manos que salvan lo sagrado

Editado por Maria Calvo
2023-08-07 08:59:59

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Neurocirujanos

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El servicio de neurocirugía del hospital infantil camagüeyano está reconocido como uno de los mejores del país. Sin embargo, sus cinco neurocirujanos no dejan de hacer ciencia y de buscar nuevos métodos y tratamientos.

En el Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de la provincia cubana de Camagüey, no solo se salvan vidas de niños avileños, camagüeyanos o tuneros, también sus especialistas priorizan la investigación en la búsqueda de nuevos tratamientos, métodos diagnósticos o terapias que les hagan la vida más fácil, saludable y duradera a quienes llegan a una institución que ya atesora 55 años de experiencia.

Precisamente, el proyecto Artroscopia en las edades pediátricas busca demostrar las ventajas de ese proceder en niños y adolescentes, pues permite diagnosticar o corroborar diagnósticos realizados mediante la imagenología o la clínica.

El doctor Alejandro Álvarez López, especialista de Segundo Grado en Ortopedia y Traumatología, profesor e investigador titular, explicó que por esta vía se pueden realizar varias intervenciones quirúrgicas con incisiones que no sobrepasan el centímetro de longitud y no afectan la estética de la articulación. Además, el paciente, por lo general, es dado de alta a las 24 horas, no hay que esperar mucho tiempo para empezar con la rehabilitación y la reinserción social se logra en menos tiempo.

«Se trata de un proyecto interdisciplinario e involucra especialidades como la reumatología, la rehabilitación, la imagenología, la anatomía, la anestesiología y la enfermería; precisamente en esa combinación está la integralidad de la atención. También trabajan con nosotros los estudiantes de pregrado y posgrado», añadió Álvarez López, líder de la investigación junto al doctor Daniel Serrano González.

El especialista Alejandro Álvarez lidera otra importante investigación sobre la fractura supracondilea del húmero que, aunque se encuentra en la primera etapa, la de caracterización, ya muestra sus primeros resultados con 56 pacientes.

«En esta etapa se lograron identificar los días de la semana y la época del año en que más ocurren estas fracturas, información epidemiológica que nos ha permitido trazar estrategias internas en el servicio para tratar estos casos y estar mejor preparados para su atención.

«En la segunda etapa nos proponemos aplicar escalas evaluativas para tener un patrón de referencia en los métodos y tratamientos que empleamos; y una tercera etapa pretende la evaluación de las técnicas quirúrgicas y la introducción de fijadores externos en la edades pediátricas.

«Es una afección muy recurrente en la niñez y en la adolescencia. Ocupa el tercer puesto por detrás de las fracturas de muñecas y dedos de la mano, representa el 80 % de todas las lesiones del codo y aparece, mayoritariamente, entre los cinco y los diez años. En Camagüey la media da por los siete años, y los días en que más ocurre son jueves, viernes y domingo, en los meses de julio y diciembre».

CIENCIA QUE SALVA NIÑOS

El doctor José Manuel Montejo Montejo es uno de los más talentosos neurocirujanos pediátricos cubanos, y este servicio del hospital infantil camagüeyano está reconocido como uno de los mejores del país. Sin embargo, sus cinco neurocirujanos no dejan de hacer ciencia y de buscar nuevos métodos y tratamientos.

Casi 40 años avalan al profesor Montejo, en los que ha tenido que asumir avances científicos y técnicas modernas. Para él lo más importante es el trabajo en equipo, tanto de neurocirujanos como en otras especialidades.

Su equipo hace ocho meses se enfrentó a una cirugía compleja y rara para resolver una craneosinostosis en un bebé de la provincia de Ciego de Ávila. Esta afección, explicó el neurocirujano, consiste en el cierre prematuro de los huesos del cráneo. El niño, que hoy tiene ya un año y medio y goza de excelente salud, corría el riesgo de hacer un paro producto de que se le estaba comprimiendo el cerebro.

«El cierre de sutura posterior es un proceder muy complejo. Hacerlo es de vida o muerte porque comprime el cerebro y el tallo cerebral en su porción inicial, que es donde está el centro de la respiración, el centro circulatorio. Es una cirugía de mucha tensión y de mucho cuidado».

EL CONOCIMIENTO A DISPOSICIÓN DE OTROS PUEBLOS

El doctor Mauro Castelló González, especialista de Segundo Grado en Cirugía Pediátrica y presidente del Consejo Científico del hospital, conversó con Granma sobre cómo la cirugía pediátrica impacta directamente en el Programa de Atención Materno Infantil y de Atención al Paciente Pediátrico en Cuba, con áreas esenciales como la cirugía del recién nacido y del lactante, la de mínimo acceso, así como la cirugía oncológica.

Ese conocimiento también se ha puesto a disposición de otros países, como en el caso de Castelló González, quien mientras cumplía misión en Belice era el único cirujano pediátrico de la nación centroamericana. Allí se enfrentó, en varias ocasiones, a la cirugía de la gastrosquisis, malformación congénita que consiste en que el abdomen no se cierra completamente y el intestino y otras vísceras están fuera en el momento del nacimiento, lo que demanda cirugía inmediata.

«Me habían antecedido dos colegas camagüeyanos que también fueron en sus periodos los únicos en todo Belice, fue una experiencia continua de una misma escuela de formación, y hoy podemos decir que el tratamiento de esta afección cambió totalmente la supervivencia en ese lugar, en un país donde las condiciones organizativas y los recursos no son los mismos.

«Nosotros estamos acostumbrados a que siempre que tienes un niño grave, hay una familia a la espera y son muchas las expectativas, por tanto debes balancear la comunicación para no generar falsas esperanzas y dar confianza a la vez, pero allí es impactante cuando los dejan en los hospitales y uno no tiene a quién darle el parte», señaló el doctor.

Para estos profesionales hay pocas cosas más importantes que la sonrisa de un niño y la felicidad de la familia, por ello, a veces quisieran que el día tuviera más de 24 horas para continuar haciendo ciencia de la buena, la que se pone al servicio de la vida. (Tomado del diario Granma)

 

 



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