Elecciones en Guatemala

Editado por María Candela
2023-08-20 09:02:43

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Por Alfredo García Almeida*

Poco más de siete décadas de la elección presidencial del prócer guatemalteco, José Arévalo Bermejo, tras la revolución de 1944, su hijo, Bernardo Arévalo de León, candidato del Movimiento Semilla, se encuentra con un amplio margen en la preferencia del voto para las elecciones de segunda vuelta el próximo domingo.

Las elecciones generales se realizaron en Guatemala el pasado 25 de junio. Siete candidatos se disputaron la presidencia. Los resultados de la primera vuelta dieron el triunfo a Sandra Torres Casanova, exesposa del expresidente, Álvaro Colón (2008-2012) y por tercera vez candidata del ultraderechista, Partido “Unidad Nacional de la Esperanza”; y al diputado socialdemócrata, Bernardo Arévalo, candidato del “Movimiento Semilla”. Al no lograr ninguno la mayoría absoluta de los votos, competirían en una segunda vuelta hoy, tras un fracasado intento de la ultraderecha por ilegalizar al Movimiento Semilla.  

La historia moderna de Guatemala, es una de las más trágicas de Centroamérica. EEUU interrumpió el proceso democrático autóctono de Guatemala en medio de la “guerra fría”, satanizando al primer presidente elegido democráticamente en 1945, Arévalo Bermejo, impulsó numerosas reformas sociales, siendo calificado como “comunista” bajo una  difamatoria campaña de la ultraderecha bipartidista norteamericana. Fue sustituido en la presidencia por el líder de la revolución de 1944 y exministro de Defensa, Juan Jacobo Árbenz, triunfador en las elecciones de 1951, quien heredó la propaganda “anticomunista” de Washington. Acusado de atacar los intereses del monopolio frutero, United Fruit Conpany, Arbenz fue derrocado el 27 de junio de 1954, por un golpe de Estado ejecutado por la CIA.

Tras una teatral “invasión” desde Honduras, el coronel ultraderechista, Carlos Castillo de Armas, fue instalado  por EEUU al frente del Gobierno guatemalteco. Sus primeras medidas fueron disolver el Congreso, ilegalizar los partidos políticos, revocar las leyes sociales y derogar la Constitución, imponiendo una severa censura y persecución contra los sectores progresistas sindicales e intelectuales.  

Castillo de Armas fue ejecutado por un miembro de su guardia presidencial, el 26 de julio de 1957. Un rosario de golpes de Estados y breves aperturas democráticas, caracterizaron el período entre 1958 y 1996. El 13 de noviembre de 1960, un grupo de jóvenes oficiales inició un levantamiento militar contra el represivo Gobierno, que derivó en movimiento insurreccional durante más de tres décadas, con un saldo de 200 mil muertos, 45 mil desaparecidos y cerca de 100 mil desplazados.

Durante la intervención norteamericana en la lucha armada, las diferentes organizaciones revolucionarias convergieron en la “Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca”, URNG.

La guerra “finalizó” el 29 de diciembre de 1996, durante la presidencia del derechista, Álvaro Arzú, con la firma del “Acuerdo de Paz Firme y Duradero”, donde no se reconoció “ni vencedores ni vencidos” según la pauta de “Guerra de Baja Intensidad” hacia los derrotados. A partir de entonces, la clase política de centro-derecha y la oligarquía guatemalteca, reafirmaron su estatus dependiente de EEUU.

Sin embargo, los ideales interrumpidos de Arévalo y Arbenz pueden renacer, en una Guatemala sufrida y frustrada. Una encuesta del diario Prensa Libre y el canal Guatevisión, sitúa a Arévalo de León en el primer lugar de la intención de voto (64,9%) frente a su contendiente, la exprimera dama, Torres Casanova (35,1%).

* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.

 



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