Intervención de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba en la XXIII Cumbre del ALBA-TCP. Caracas, 24 de abril de 2024

Editado por María Candela
2024-04-24 23:37:22

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XXIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del ALBA-TCP.

Hermano Nicolás Maduro Moros, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, anfitrión de esta oportuna Cumbre del ALBA-TCP:

Estimados Hermanos, comandante Daniel Ortega y Presidente Luis Alberto Arce,

Estimados Hermanos Primeros Ministros Skerrit, Gaston, Ralph y Phillips

Representantes de la familia de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos;

Estimado Arreaza, secretario Ejecutivo del ALBA-TCP;

En primer lugar quiero dar las gracias por convocarnos en “la hora de los hornos”. Martí definía la hora de los hornos como  el tiempo revolucionario de estar juntos y cito sus palabras: “en la obra de previsión y ordenamiento, de juicio amplio y acción cordial, todos los que tienen un pecho con que arremeter, y mente para ver de lejos, y manos con que ejecutar. Y sin recelos y sin exclusiones. Y sin olvido de lo verdadero y de lo justo. Y sin antipatías tenaces. Es la hora de los hornos, en que no se ha de ver más que la luz”. Y precisamente el ALBA está dando luz.  

Invoco a Martí en esta tierra de libertadores, porque nadie nos acercó más y mejor a Bolívar y a su ideal integracionista, que trascendió por fin del sueño a la realidad de Nuestra América, cuando dos líderes profundamente bolivarianos y martianos como los Comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez Frías, fundaron esta alternativa al comercio de los neoliberales, esta alianza de sueños que hizo tanto en tan corto tiempo a favor de nuestras naciones.

Fidel, tan preciso y justo en las palabras, definió a Chávez como “el mejor amigo que tuvo el pueblo cubano a lo largo de su historia”. Ambos, con sus desvelos y acciones en función de la emancipación y el desarrollo de Nuestra América, demostraron ser amigos y hermanos entrañables de todos los pueblos latinoamericanos y caribeños al plantar la semilla de ALBA-TCP, primera concreción de una hermandad que aún tiene un prometedor camino por recorrer.

Esta es la Alianza de la solidaridad y de la cooperación, vencedora del pragmatismo egoísta que sólo apuesta a las ganancias y al mercado.

Es la Alianza del Milagro que hizo realidad proyectos aparentemente imposibles y proezas que, en el orden social, han beneficiado a millones de ciudadanos de la región.

Es la Alianza donde muchos encontraron por primera vez una respuesta a demandas, que durante siglos no les ofrecieron los modelos de desarrollo donde el ser humano es secundario.  

Es la Alianza de la unidad, que nos permite enfrentar juntos desafíos y amenazas.

Cuba siempre estará presente en el ALBA-TCP porque, por encima de los bloqueos y las dificultades que decretan los imperios e impone sin piedad el actual orden internacional, profundamente injusto y excluyente, nuestra Alianza ha probado cómo y cuánto se puede hacer desde el Sur, si esta solidaria integración prevalece.

Queridos hermanos:

Era impostergable esta reunión. La coyuntura internacional y regional concita preocupación y nos convoca a la acción.

De algún modo y en más de una ocasión, todos hemos señalado los peligros de la impunidad con la que actúa Israel, gracias a la complicidad y el apoyo del gobierno de Estados Unidos y a pesar de los graves riesgos de regionalización del conflicto en el Medio Oriente una seria amenaza para la paz y la seguridad internacional.

Sólo una mentalidad imperial, un propósito intervencionista,  pueden negar que la paz y estabilidad en esa región dependen, en primer término, de una solución amplia, justa y duradera al conflicto israelí-palestino, que contemple la creación de un Estado Palestino soberano e independiente, en las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como su capital, y garantizar el derecho al retorno de todos los refugiados a su tierra.

Desde esta tribuna de pueblos libres, independientes y soberanos, demandamos el ingreso inmediato del Estado de Palestina como miembro pleno de la Organización de las Naciones Unidas.

No podemos ser indiferentes ante el crimen cotidiano que hace 75 años se comete contra el hermano pueblo palestino.

Nadie puede justificar la brutal escalada sionista de los últimos seis meses, las graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario, los crímenes de guerra y de                                   lesa humanidad que han convertido a una mínima franja de tierra habitada en campo de entrenamiento de un ejército sanguinario.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe cumplir su mandato y poner fin a la impunidad de Israel, Potencia Ocupante antes de que la cuestionable credibilidad de sus resoluciones, asediadas por el veto imperial, termine de desaparecer entre los escombros de Gaza.

En 2014, ante hechos tan graves como los que nos indignan hoy, uno de nuestros líderes fundadores, el Comandante en Jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, dejó escrito lo siguiente y cito: “El genocidio de los nazis contra los judíos cosechó el odio de todos los pueblos de la tierra. ¿Por qué cree el gobierno de ese país que el mundo será insensible a este macabro genocidio que hoy se está cometiendo contra el pueblo palestino? ¿Acaso se espera que ignore cuánto hay de complicidad por parte del imperio norteamericano en esta desvergonzada masacre?”.

Parecen palabras escritas para hoy. Por eso, insisto que todos los pueblos del mundo, deberíamos hacer propia la causa palestina.

Hermanos de la ALBA-TCP:

La Doctrina Monroe, dos siglos después de enunciada, sigue amenazando el destino de Nuestra América.

El imperialismo persiste en su proyecto de dominación sobre nuestras tierras. Financia y promueve la violencia, la desestabilización y los discursos de odio. Ataca a las fuerzas de izquierda y progresistas y pretende borrar la historia de lucha y resistencia de los pueblos.

Ante las pretensiones imperialistas, reafirmamos nuestro más absoluto compromiso con la unidad, la defensa de nuestras soberanías y la paz.

Reafirmamos la inquebrantable voluntad de continuar contribuyendo al fortalecimiento de la CELAC.

Reiteramos la más enérgica condena a la violenta irrupción de la policía ecuatoriana en la sede diplomática de México en Quito, el pasado 5 de abril. Esta violación del Derecho Internacional, de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, del derecho al asilo y de la soberanía del entrañable México, es absolutamente injustificable.

Instamos a restituir al ex vicepresidente Jorge Glas a su condición previa al asalto de la Embajada mexicana, y a reencauzar su caso en correspondencia con el Derecho Internacional.

A diez años de la adopción en La Habana, de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, llamamos al respeto y estricto cumplimiento de sus postulados. Que la región siga siendo reconocida internacionalmente por su compromiso con la paz y la estabilidad regional es un asunto de la máxima importancia para el presente y el futuro de nuestros pueblos.

Estimados amigos, queridos hermanos de Nuestra América:

En nombre de nuestro pueblo, Partido y Gobierno, felicito al pueblo venezolano por el desarrollo del nuevo proceso electoral en un clima de paz y en apego a su Constitución. Lo han logrado a pesar de los intentos de algunos sectores de acudir a la violencia y retomar los fracasados métodos que tanto dolor y luto causaron más de una vez a las nobles familias venezolanas.

No hablamos de planes antiguos. Son tan recientes como la intentona de magnicidio contra el hermano Maduro hace apenas un mes. Acompañamos firmemente la denuncia oportuna de nuestros hermanos venezolanos sobre estos planes, que tratan de impedir que el proceso electoral se desarrolle en un clima de paz y seguridad.

Rechazamos, una vez más, las injerencias e imposiciones externas que pretenden influir en el funcionamiento de las instituciones venezolanas.

Denunciamos la aplicación de medidas coercitivas unilaterales por los Estados Unidos, violatorias del Derecho Internacional, y reclamamos que sean levantadas en su totalidad, de forma inmediata, permanente y sin condiciones.

Expresamos nuestro reconocimiento y todo el apoyo solidario a los hermanos nicaragüenses, que resisten el asedio mediático y los intentos injerencistas del imperialismo y sus aliados para quebrantar su orden constitucional.

Al Estado Plurinacional de Bolivia, extendemos el respaldo y solidaridad, en la defensa de su soberanía sobre sus recursos naturales y frente a los intentos desestabilizadores.

La hermana República de Haití enfrenta una nueva y muy grave crisis. La comunidad internacional tiene una gran deuda con su pueblo, que fue sometido a repudiables castigos por potencias imperiales y ha sido forzado a pagar injustamente un alto precio por protagonizar la primera revolución social del continente.

Haití necesita asistencia y cooperación para el desarrollo que resulten verdaderas, suficientes y efectivas. Hay un tráfico ilegal de armas y municiones hacia Haití procedente de Estados Unidos que debe detenerse.   

El pueblo haitiano tiene derecho a encontrar una solución pacífica, sostenible y duradera a los desafíos que enfrenta, basada en el pleno respeto a su libre determinación, soberanía e independencia.

Cuba ha ofrecido cooperación fraternal y desinteresada a Haití en áreas de gran impacto para su pueblo. Aun en las circunstancias actuales, mantenemos una Brigada Médica allí que brinda servicios a los haitianos lo necesitan.

Hemos propuesto, a través de la CELAC, la creación de un Fondo Internacional Único de Solidaridad para la Recuperación de Haití, que se nutra de los aportes de la comunidad internacional y atienda las prioridades del pueblo haitiano. Las instituciones bancarias internacionales deberían canalizar contribuciones para ese fondo. La deuda de Haití debe ser condonada.

Refrendamos igualmente las justas demandas de reparación y compensación por los daños de la esclavitud y el colonialismo de los hermanos caribeños, que necesitan y merecen un trato justo, especial y diferenciado.

Apoyamos el derecho a la independencia del pueblo puertorriqueño y manifestamos nuestra solidaridad con el pueblo argentino.

El Caribe encontrará siempre en el ALBA-TCP un aliado en la defensa de sus intereses y reclamos.

Agradecemos el firme respaldo de la Alianza a nuestra lucha por el fin del genocida e ilegal bloqueo del gobierno de los Estados Unidos contra el pueblo cubano, arreciado a niveles extremos en los últimos años. Apreciamos, igualmente, el valioso apoyo a la legítima demanda de excluir Cuba de la arbitraria lista unilateral de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo.

Nuestra lucha continuará, año tras año, hasta que el gobierno de Estados Unidos levante esa política cruel, inmoral e injustificable. El pueblo merece vivir en paz y, en igualdad de condiciones, demostrar todo lo que seríamos capaces de avanzar y construir en Socialismo.

Queridos hermanos:

A medida que avanza el 2024 se mantienen y aún crecen las amenazas y los desafíos para la Revolución cubana, pero 65 años de resistencia y creación heroica no pasan en vano. Enfrentamos cada día con el ímpetu de lucha y de trabajo que caracteriza a los revolucionarios y con la experiencia ganada en más de 150 años de lucha, junto a la ejemplar generación histórica que encabeza el líder de la Revolución, General de Ejército Raúl Castro Ruz, quien al  conmemorarse otro aniversario del triunfo de 1959, ha exaltado, por encima de tantas virtudes del bravo pueblo cubano, la sagrada unidad que está en la base de cada triunfo sobre el imperio vecino que además nos desprecia.

Al terminar sus emocionadas palabras de ese día, Raúl trasmitía una síntesis de los aprendizajes de los años de combate revolucionario junto a Fidel y expresaba: “…la importancia decisiva de la unidad; a no perder la serenidad y la confianza en el triunfo por insalvables que parezcan los obstáculos poderosos de los enemigos o grandes los peligros; a aprender y sacar fuerzas de cada revés hasta transformarlo en victoria”.

Hoy digo ante ustedes, hermanos de la Alianza Bolivariana, que 2024 será también un año de triunfos y resultados. De unidad y avances. No renunciaremos a nuestros sueños ni traicionaremos el legado de los héroes, vivos o muertos, de Nuestra América.

Nos acercamos al vigésimo aniversario de la fundación de esta alianza emancipadora y unitaria, impulsada con éxito por dos grandes, inolvidables, eternos, líderes de Nuestra América: el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías y el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Lo hacemos con el compromiso renovado de continuar trabajando en su consolidación y en la preservación de su esencia humanista y social. Lo hacemos inspirados en el ejemplo que nos da cada día el General de Ejército Raúl Castro.

Nuestro compromiso con la integración y la unidad es invariable y desde ahora también cona la Agenda 2030.

Seguiremos trabajando sin cansancio por un ALBA de victorias, por un ALBA de paz y unidad, por un ALBA de solidaridad y cooperación.

Pueden contar siempre con la modesta, pero decidida contribución de Cuba.

Hagamos realidad los sueños de los fundadores de esta Alianza.

En esa unión está y estará nuestra fuerza.

¡Hasta la Victoria Siempre!

Juntos somos invencibles.

Muchas gracias.

(Cubaminrex)



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