Martí y la Guerra Necesaria: 130 años después (+Audio)

Editado por María Candela
2025-02-24 11:41:36

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Imagen ilustrativa

Por: Arelys García Acosta*

“¿Y qué se puede parecer más a aquella lucha de ideas de entonces que la lucha de las ideas hoy? ¿Qué se puede parecer más a aquella incesante prédica martiana por la guerra necesaria y útil como único camino para obtener la libertad, aquella tesis martiana en favor de la lucha revolucionaria armada que las tesis que tuvo que mantener en la última etapa del proceso el movimiento revolucionario en nuestra patria”.

Habla el mejor discípulo del más cubano de los cubanos. Habla Fidel acerca de José Martí, el artífice de la Guerra Necesaria, iniciada el 24 de febrero de 1895.

El Maestro se echó sobre sus espaldas la preparación de aquella gesta, y debió enfrentar un enemigo silencioso: la desunión, el recelo entre los veteranos de las contiendas precedentes, que olían a pólvora por los cuatro costados, y los mambises por nacer, quienes añoraban enjaezar el caballo y, machete en mano, arremeter contra los huestes colonialistas españolas.

Tanto resquemor, incluso entre los propios caudillos, cercenó de un tajo la Guerra de los Diez Años. Al dedillo, lo conocía Martí, quien advirtió: “nuestra espada no nos la quitó nadie de las manos, sino que la dejamos caer nosotros mismos”.

Contra esos demonios, Martí luchó. Y se hizo al camino libertario. Radicado en los Estados Unidos, tocó la puerta de cada emigrado cubano. Viajó lo mismo a República Dominicana, Panamá, Costa Rica…

“Martí predica incesantemente sus ideas, Martí organiza a los emigrados, Martí organiza prácticamente el primer partido revolucionario; es decir, el primer partido para dirigir una revolución, el primer partido que agrupara a todos los revolucionarios. Y con una tenacidad, una valentía moral y un heroísmo extraordinarios, sin otros recursos que su inteligencia, su convicción y su razón, se dedicó a aquella tarea” subrayó Fidel en 1960, al rememorar el comienzo de la contienda libertaria de 1895.

Y en todo ese itinerario independentista asomó la traición, lamentablemente. En enero de 1895, casi a punto de zarpar tres buques, desde el sur de Estados Unidos, con expedicionarios y pertrechos de guerra, una delación abortó el acto conspirativo.

Martí se sobrepuso al fracaso del Plan de Fernandina. Le escribió a Máximo Gómez y a Antonio Maceo. Firmó una nueva orden de alzamiento en Nueva York, junto a otros patriotas y se la envió a Juan Gualberto Gómez y a otros guerreros, que aguardaban en la isla.

Era el 24 de febrero de 1895. De nuevo, a la manigua; de nuevo los  mambises sobre los caballos. La corneta volvía a tocar a degüello.

*corresponsal de Radio Habana Cuba en Sancti Spíritus



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