En uno de sus libros, “A time for truth” (tiempo para la verdad”), corrobora esa apreciación. Dos periodistas del Nuevo Herald, Alfonso Chardy y Nora Gàmez, recuerdan que la exhibe en el primer capítulo de la obra que dedicó a la supuesta historia de su familia en Cuba, centralizada en la figura de su padre.
Según el libro, este último se sumó a la insurrección que encabezaba Fidel Castro contra la tiranía de Fulgencio Batista.
En 1956, el entonces estudiante de la Universidad de Santiago de Cuba operó como integrante de una célula urbana “que controlaba Frank País”, uno de los principales jefes del movimiento revolucionario en la isla.
Siempre de acuerdo a esa versión, su padre y otros jóvenes se iban a sumar a las filas rebeldes de Fidel Castro cuando este llegara de México en el yate Granma en noviembre de 1956.
Pero el barco demoró y los jóvenes huyeron, luego, fueron capturados y trasladados a un cuartel militar en Santiago donde, según Ted Cruz, los soldados amenazaron con fusilarlos.
A continuación el autor del libro no tiene el menor recato en asegurar que Frank País y otros estudiantes “perdieron la vida cuando atacaron una estación de policía.
Sin embargo, puntualiza, el Nuevo Herald, este y otros detalles “han sido cuestionados”.
Como ejemplo, Frank País no murió en aquella ocasión de fines de 1956, como indica el texto, porque lo asesinaron en julio de 1957.
El diario The New York Times citó a testigos cubanos afirmando que el padre de Cruz tuvo una discreta participación en la resistencia a la dictadura pero sin llegar a ser un insurgente.
Hasta una enemiga tan feroz de la Revolución cubana, como la locutora asentada en Miami, Ninoska Pérez-Castellón, “también duda de algunos de los detalles que Ted Cruz ha revelado acerca de la historia de su padre.
Uno de sus argumentos, que en 1957 se requería un permiso de salida para viajar fuera de la isla.
Según lo dicho por el senador, después que encarcelaron a su padre por actividades contra Batista, decidió abandonar la isla y obtuvo una visa de Estados Unidos.
“Perdón pero uno no necesitaba una visa de salida cuando la gente dejaba Cuba antes de 1959”, ripostó Pérez Castellón.
“Todo lo que necesitabas era la visa americana. Así que comencé a preguntar a la gente que luchó contra Batista y nadie lo conocía", comentó.
Luego vino el puntillazo: “Yo creo que toda la historia es una mentira, lo siento”, dijo Ninoska.
¿Se atreverá el senador Ted Cruz, un hombre también del neonazi Tea-Party, a acusar a la muy conocida señora Pérez-Castellón de comunista?.
Escrito por Nicanor León Cotayo