Por Lisett Izquierdo Ferrer
La visita a Cuba del Patriarca Kirill, líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, del 11 al 14 de febrero, muestra los positivos nexos existentes entre esa institución y el Gobierno y pueblo de la mayor isla de Las Antillas.
Un símbolo de esos vínculos es la Catedral Ortodoxa Rusa Nuestra Señora de Kazán, enclavada en el Centro Histórico de la ciudad de La Habana, un monumento a las relaciones de amistad y solidaridad cubano-rusas.
Primero de su tipo en América Latina, la arquitectura del templo se distingue en el entorno por su estilo bizantino, con cinco cúpulas que representan a Cristo y a los cuatro evangelistas.
Su construcción fue aprobada en el 2001 y entre sus impulsores figuró el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz.
Tres calendarios después, el entonces Metropolita de Smolensk y Kaliningrado, Kirill, Presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, asistió a la ceremonia de colocación de la primera piedra del recinto y en 2008 ofició la Divina Liturgia de consagración, en presencia del presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro.
La edificación en la Isla de ese templo resulta prueba irrecusable del respeto de nuestra Revolución por uno de los principios fundamentales de los derechos humanos, en consonancia con la revolución socialista profunda y radical, según destacó Fidel en un texto que escribió a raíz de tal acontecimiento.
Desde inicios del siglo XX en Cuba existió una comunidad ortodoxa compuesta por emigrantes de origen griego, ruso y de otras naciones eslavas, que en 1964 obtuvo su reconocimiento legal como Asociación Cristiana Ortodoxa de Cuba, la cual se autodisolvió 14 años después.
Antes, en 1971, un diácono cubano fue ordenado como Presbítero por el entonces Arzobispo de Jarkov y Exarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa del Patriarcado de Moscú en Centro y Sudamérica.
Catedral Ortodoxa Rusa Nuestra Señora de Kazán, enclavada en el Centro Histórico de la ciudad de La Habana
En la década de los ‘90 los fieles ortodoxos rusos y de otros países eslavos, comenzaron a reorganizar la comunidad de creyentes, compuesta fundamentalmente por descendientes de esas nacionalidades, diplomáticos o ciudadanos de las referidas latitudes que se habían asentado en Cuba, bajo la atención del Patriarcado de Moscú y de Toda Rusia.
Según el rito bizantino, Rusia fue cristianizada en el año 988 y, aunque en los últimos tiempos han aparecido nuevas organizaciones religiosas y religiones, la mayoría de su población creyente profesa la fe ortodoxa.
En 1988 ese país celebró el primer milenio de su bautismo y en 2007 se procedió a la unificación de la Iglesia ortodoxa rusa fuera de Rusia con el Patriarcado de Moscú.
De acuerdo con fuentes públicas en la red de redes, al igual que otros patriarcados ortodoxos autocéfalos -independiente de toda autoridad religiosa de mayor rango-, el ruso tiene autoridad para canonizar, previo aviso, a las demás Iglesias hermanadas sobre los cambios en su santoral.
También considera suyos todos los santos de la historia "precismática", que son los existentes antes del llamado Cisma de Oriente y Occidente (1054), cuando se formalizó la separación de las Iglesias católica y ortodoxa.
Entre las principales características del culto ortodoxo destaca la gran riqueza de himnos y la aceptación general del ícono como obra pictórica.
Incluyendo a Rusia, la Iglesia Ortodoxa posee actualmente nueve patriarcados (Ecuménico de Constantinopla, de Alejandría, de Antioquía, de Jerusalén, de Serbia, de Rumania, de Bulgaria y de Georgia).
(Tomado de la ACN)