por Telesurtv
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama se negó aplicar una orden ejecutiva para el cierre de la prisión de Guantánamo, decisión que impide que el mandatario cumpla su promesa electoral de 2008.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, informó este lunes 13 de junio que no emitirá una orden ejecutiva para cerrar la cárcel de Guantánamo en Cuba, debido a que no sería una estrategia viable.
Durante sus dos campañas presidenciales, Obama prometió cerrar ese recinto penitenciario antes de terminar su mandato en enero de 2017, compromiso que se desvanece con esta nueva acción.
El cierre de la prisión dependería de convencer a la mayoría republicana del Congreso, que se ha opuesto desde el principio a la medida propuesta por el mandatario norteamericano.
El cierre de la cárcel de Guantánamo
Durante la campaña presidencial del año 2008, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama se comprometió a cerrar prisión militar en la Base Naval de Guantánamo, Cuba, desde entonces el tema ha sido un punto recurrente en su discurso anual.
Durante una alocución el pasado 23 de febrero, Obama indicó que durante muchos años, ha sido claro que la prisión de Guantánamo no colabora con nuestra seguridad nacional sino que la socava (...) La primera vez que me postulé a la presidencia reconocí que la instalación debía ser cerrada. No era solo una opinión mía ni de la ultraizquierda, mi predecesor, el presidente George W.Bush, dijo que él quería cerrarla.
En su último discurso sobre el Estado de la Unión, en enero pasado, el jefe de Estado reiteró su promesa de trabajar en el cierre de Guantánamo, y señaló el lugar como una cárcel "cara e innecesaria".
El cierre de la prisión de alta seguridad también era una de las exigencias de Cuba en el marco del deshielo entre Washington y La Habana.
La oposición del Congreso
El cierre de la prisión dependería de convencer a la mayoría republicana del Congreso, que se ha opuesto desde el principio a la medida propuesta por Obama, y además prohibió el traslado de reos de Guantánamo a cárceles de máxima seguridad en EE.UU.
Entre los obstáculos destacan: la dificultad en la transferencia de prisioneros de la base, así como, interrogantes sobre la legalidad de los acuerdos con la fiscalía y una oposición fuerte en un Congreso dominado por los republicanos a cualquier cosa que pueda ayudar a Obama a cumplir su promesa.
A principios de este mes los legisladores consideraron extender la prohibición de trasladar a los prisioneros a suelo continental estadounidense.
Eso dejaría al presidente Obama sin recursos para cumplir con el plazo de enero de 2017, a menos que haya un cambio inesperado en el Congreso o una orden ejecutiva que sería políticamente explosiva.
El Plan de Obama
El pasado 23 de febrero el Gobierno de Obama presentó un plan para cerrar el centro penitenciario, en el cual se contemplaba, en primer lugar, el traslado de los 35 detenidos que han sido autorizados a viajar a sus países de origen o a otras naciones.
Los otros tres puntos se refieren a los 56 prisioneros remanentes e incluyen: acelerar las revisiones periódicas de los motivos de su detención, "continuar usando todas las herramientas legales para lidiar con los prisioneros que siguen bajo detenciones de ley de guerra" y "trabajar con el Congreso para encontrar una locación segura en los Estados Unidos" para ellos.
Durante el 2015 el Pentágono comenzó a estudiar los lugares para reubicar a los detenidos dentro de Estados Unidos, incluídas instalaciones federales en Colorado, Carolina del Sur y Kansas, así como otras seis ubicaciones en bases militares.
La prisión de Guantánamo
La prisión de Guantánamo está ubicada en la Base Naval de Estados Unidos en una ciudad ocupada ilegalmente en el sudeste de Cuba. La prisión llegó a tener 800 detenidos, pero en la actualidad tiene 80, la menor cantidad desde que fue abierta en 2001 tras los ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
El cierre de la prisión de Guantánamo y la devolución de la Bahía de Guantánamo a Cuba son dos de los temas más controversiales para la total normalización de las relaciones Cuba-EE.UU.