Foto: Global Solare
Por: Pedro Manuel Otero
No ha sido 2024 un buen año para el Medio Ambiente. Fenómenos extremos se sucedieron casi ininterrumpidamente en una escalada que asusta y pone en alerta a la Comunidad Científica.
El año ha impuesto un récord negativo en temperaturas. El servicio europeo Copernicus y otros centros científicos confirmaron que 2024 ha sido el más caluroso desde que hay registros y el primero en el que la temperatura global supera los 1,5 ºC respecto a la época preindustrial.
La COP 29, Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de noviembre en Bakú, capital de Azerbaiyán, congeló las expectativas sobre un acuerdo viable en materia de temperaturas y en su cierre solo aprobó un raquítico monto de 300 mil USD para financiar los daños del CC en países en vías de desarrollo, los más vulnerables.
Los ambientalistas estimaban en un billón las necesidades financieras con ese propósito.
Al mismo tiempo los expertos confirmaron la calidez de las temperaturas en este 2024 también en los océanos.
La anomalía media de la temperatura superficial del mar fue superior a la media de 1991-2020, lo que se convirtió en el aumento más alto jamás registrado.
En la misma línea de catastrofismo climático, 2024 encendió luces rojas en el área de los polos magnéticos. El hielo marino del Ártico alcanzó su cuarta extensión más baja. En la Antártida, la extensión del hielo fue la segunda más baja registrada.
Nada halagüeña resultó otra consideración científica. La circulación de vuelco meridional del Atlántico está cerca de un punto de inflexión, lo cual alteraría gravemente el clima.
Los expertos advierten que las corrientes oceánicas críticas que transportan calor, frío y precipitaciones entre los trópicos y los confines de la región del Atlántico, pueden colapsar por completo en algún momento si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan al ritmo actual.
Otra conferencia de importancia auspiciada este 2024 por la ONU fue la COP16, la Conferencia de las Partes de la Convención Marco sobre Diversidad Biológica, que reunió en Cali, Colombia, a 15 mil delegados, entre ellos, 12 jefes de Estado, 103 ministros de ambiente y más de mil periodistas de todo el mundo.
La cita debatió la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas e instó a duplicar las áreas terrestres y marinas protegidas para alcanzar la meta del 30 % preservado en el 2030, se estimó en la cita.
Cuba es uno de los 26 países que cumplieron el compromiso de entregar su Estrategia o Programa Nacional para hacer frente a la pérdida de diversidad biológica,
Otro evento de consecuencias apocalípticas fue la tragedia climática de entre finales de octubre y comienzos de noviembre en la Comunidad española de Valencia por el fenómeno meteorológico conocido como el Dana, una depresión o borrasca aislada en niveles atmosféricos altos, formada por aire frío, que provocó lluvias e inundaciones pantagruélicas y dejó saldo de unos 200 muertos y daños materiales cuantiosos.
El suceso meteorológico clasificó como uno de los peores desastres que ha ocurrido en España en los últimos 100 años.
Estos 12 meses estuvieron especialmente marcados por un incremento de los incendios forestales en la Amazonía y vastos territorios de Europa, Estados Unidos y Asia.
El daño ambiental fue enorme. La destrucción de biomasa provocó la pérdida de biodiversidad y comprometió los servicios de los ecosistemas, como la purificación del aire y la regulación del ciclo del agua.
La catástrofe climática mina la salud de la población, agudiza las desigualdades, socaba el desarrollo sostenible y sacude los cimientos de la paz, declaró el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.
En cuanto a Cuba, el año fue otra pesadilla climática. Con dificultades y tropiezos. La isla aún se repone de los daños provocados por 4 huracanes, algunos con impactos directos en territorio nacional y otros con implicancias menores a su paso por las cercanías.
Los estragos de los fenómenos hidrometeorológicos cobraron la vida de 8 personas y abrieron un voluminoso expediente de perjuicios materiales.
A este escenario se añadieron dos fuertes temblores de tierra con casi mil 990 réplicas en la zona oriental, ya fuertemente castigadas por los ciclones de referencia.
En la provincia de Granma 10 personas resultaron lesionadas por la actividad sísmica, mientras que 3 mil 518 viviendas sufrieron afectaciones. 109 centros educativos y 59 del sector de la Salud sufrieron daños.
Un experto opinó que las lluvias y crecidas sin precedentes, la rápida intensificación de los ciclones tropicales, los mortíferos episodios de calor, la sequía implacable y los devastadores incendios forestales que hemos visto este año en distintas partes del mundo son, lamentablemente, nuestra nueva realidad y un anticipo del futuro
