La Habana, 13 feb- Las autoridades neozelandesas expresaron hoy su temor de que los cadáveres de unas 300 ballenas piloto que quedaron varadas en la Isla Sur del país exploten debido a los gases que tienen los cetáceos en su interior.
En la bahía Golden, un grupo de personas trabajan haciendo agujeros en los restos sin vida de los mamíferos marinos que sirvan como válvula de escape y evite la explosión de las vísceras, señaló el portavoz del Ministerio de Conservación de Nueva Zelanda, Andrew Lamason.
Los cadáveres "se hinchan, hay un montón de bacterias en sus estómagos, y el intestino realmente sale disparado desde el animal", comentó Lamason en declaraciones a Radio New Zealanda.
Hasta cerca de 700 ballenas piloto, que pueden medir hasta 6 metros de longitud y pesar más de tres toneladas, han quedado varadas en la región, la mayor concentración registrada en Nueva Zelanda, de las que cerca de 400 han sido devueltas al mar y unos tres centenares han muerto.
En la zona arenosa conocida como Farewell Spit, en el noreste de la Isla Sur, a pesar de las bajas temperaturas y la presencia de tiburones y rayas que merodeaban los restos, ayer, los voluntarios y trabajadores lograron salvar a unas 200 ballenas piloto que forman parte de otro grupo que se quedó varado en la zona el sábado por la noche.
Se desconoce las razones por las cuales estas ballenas se han quedado varadas, aunque la bahía de Golden, que tiene aguas poco profundas, es conocida por este tipo de incidentes.
Los científicos creen que las corrientes marinas llevan a confusión y desorientan a los cetáceos al alterar sus sistemas sensoriales.
(PL)