Yo les vi, con aquel andar majestuoso, pasear por la ribera mientras secaban su increíble plumaje con los últimos rayos del sol. Es el esplendor de la cría del flamenco rosado, en el Río Máximo, Refugio de Fauna en la provincia de Camagüey, en el oriente de Cuba, para protección de las especies en peligro de extinción.
A más de 500 kilómetros de la capital cubana, este bellísimo paraje se incluye en la llamada lista Ramsar, o lo que es igual, humedales de importancia internacional. 41 000 hectáreas bien protegidas de la depredación, donde los trinos de las aves son una constante y los amantes de la naturaleza pueden identificar a la yaguasa y al frailecillo blanco, inusitado espectáculo a estas alturas, en que el hombre diezmó sus presencias.
Paradisíaco lugar donde aves migratorias procedentes del Caribe descansan de su vuelo. Indiferentes a sus turísticas vecinas, los (Caribbean flamingo), como realmente se denomina esta bellísima especie de flamencos, llegan a sumar más de 50 000 ejemplares.
También disfrutan de la paz respetada pelícanos, rabihorcados, corúas de mar, patos migratorios, y múltiples avecillas más, sin obviar, -al decir del guía experimentado-, la población de manatíes y cocodrilos americanos. Pero, no es de extrañar. La región invita a habitar en un ecosistema apropiado para perpetuar sus crías.
Y es que en los humedales, parte inseparable de la diversidad biológica del archipiélago, se atesoran estuarios, costas abiertas, ciénagas, matorrales, bosques, y por supuesto, lagunas, canales y ríos.
Cuál no sería la riqueza comprobada de este sitio que el grupo de Convenciones Ramsar, con sede en Suiza, aprobó la inclusión de cinco sitios cubanos entre los más importantes del mundo: Buenavista (Sancti Spíritus), Ciénaga de Lanier y el sur de la Isla de la Juventud, Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila, Delta del Cauto, (Granma y Las Tunas), y por supuesto, este Río Máximo, en Camagüey. Les antecedió en tiempo y elección la Ciénaga de Zapata, primer humedal cubano, reconocido en el año 2001.
Vale aclarar que Ramsar, es la ciudad iraní donde, en 1971, se inició el movimiento para la conservación de ecosistemas húmedos y el medio ambiente.
Y en Cuba se estableció el Centro Nacional de Áreas Protegidas, que asume la atención y control de los humedales del territorio. Pero vale destacar la riqueza encerrada en la península de Zapata con más de 4 000 kilómetros cuadrados de manglares, pantanos, lagunas y bosques, y que revisten a la Ciénaga como el mejor humedal conservado del Caribe.
onservar adecuadamente estas zonas constituye, no solo base de la diversidad biológica, sino soporte para el desarrollo socioeconómico de la ciencia, la cultura, la historia y el turismo que demanda el disfrute de estos parajes. Pero, todavía más fundamental resulta, preservar este tesoro incalculable del país, que no solo beneficia a las actuales y futuras generaciones, sino permite exhibir al mundo la belleza imponderable de esta islita de encantos.
Por: Heydi González Cabrera/RRebelde.