Brasilia, 6 nov (RHC) Las emisiones de carbono de Brasil crecieron 9.6% en 2019, debido en gran parte a la deforestación de la selva amazónica durante el primer año del Gobierno de Jair Bolsonaro. El país logró reducir el aporte de gases de efecto invernadero entre 2004 y 2012, pero nuevos datos indican que se ha revertido la tendencia.
Los datos indican que Brasil incumplirá sus objetivos de emisión de carbono para este año y que se está alejando de su meta para 2025.
La nación sudamericana emitió 2 175 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e) en 2019, según el Sistema de Estimación de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (SEEG), el estudio más detallado sobre el tema en Brasil.
En 2018, las emisiones de CO2 habían alcanzado los 1 980 millones de toneladas, lo que representa un incremento de 0.3% respecto a 2017.
Brasil había logrado reducir las emisiones desde 2004 hasta 2012, pero los nuevos datos confirman que esta tendencia se ha revertido a pesar de los objetivos voluntarios acordados antes de la cumbre climática de Copenhague, en 2009. Esos objetivos luego fueron incluidos en una ley en Brasil y se volvieron obligatorios para el Gobierno.
“Estamos avanzando peligrosamente en la dirección errónea”, dijo Tasso Azevedo, un experto en clima que coordina el estudio SEEG.
“Desde la regulación de la ley climática nacional en 2010, Brasil ha aumentado en 28% la cantidad de gases de efecto invernadero que libera al aire anualmente, en lugar de reducirla”, agregó.
El crecimiento de las emisiones en 2019 fue impulsado por un salto de la tasa de deforestación del Amazonas, que representó un 44% del total de las emisiones de CO2 de Brasil, señala el estudio.
Los cambios en el uso de tierra hacia actividades agrícolas y una mayor producción de ganado fueron el segundo factor que contribuyó a las emisiones.
En 2018, las emisiones de carbono de Brasil se mantuvieron estables a pesar del aumento de la deforestación, debido a que esta fue contrarrestada por un mayor uso de fuentes de energía limpias como el etanol y la energía eólica. (Fuente: Cubadebate).