Comisión del Parlamento de Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Foto: ACN
La Habana, 19 julio (RHC) El clima de Cuba se encuentra en un proceso de variación de tropical húmedo a tropical subhúmedo como consecuencia del efecto invernadero reforzado, afirmó Adianez Taboada, viceministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
La titular, al intervenir la víspera, en la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, como antesala al I Período Ordinario de Sesiones de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, explicó que esas severas condiciones provocarán un aumento de la temperatura promedio anual, incluso en febrero, catalogado como el mes más frío en el país.
Apuntó que lloverá menos, pues se prevé que las precipitaciones ocurran en menos de 100 días al año.
De acuerdo con Taboada, esa situación incidirá en dos sectores fundamentales: la agricultura y la salud.
En el caso de la primera, refirió la viceministra, repercutirá en la alimentación, mientras que sobre la segunda aseguró que se agudizarán las enfermedades renales, cardiovasculares, respiratorias, diarreicas agudas y propiciará la aparición de nuevas epidemias.
La comisión que analizó este martes los resultados de la primera etapa del Plan de Estado para el enfrentamiento al Cambio Climático: Tarea Vida, resaltó que esta estrategia está basada en la gestión de la ciencia y la innovación.
De su primera etapa, comprendida entre 2017 y 2022, Taboada refirió que se perciben los resultados en la recuperación de los manglares, los cuales son la principal barrera de protección ante tormentas y desastres naturales, absorben el carbono y actúan como refugio de variadas especies.
Apuntó que de las más de 500 playas que posee el archipiélago, algunas se evaluaron entre erosionadas, erosionadas intensas y moderadas, pero también se observan mejoras.
La Tarea Vida, al decir de la viceministra, permitió en sus primeros años de existencia el trabajo de proyectos de cooperación internacional como Mi Costa, con resultados palpables en 24 municipios del país, y la creación de la Fundación IRIS: Unidos por el clima.
Dijo que aún persisten deficiencias en la puesta en marcha de esos proyectos, pues no se emplean adecuadamente los resultados de las investigaciones científicas ni se integran todos los actores de la sociedad en su implementación.
Añadió que ante la escasa participación de las ciencias sociales en la ejecución de los planes y estrategias para mitigar los efectos del cambio climático, no es posible anticiparse a las situaciones de desastres que frecuentemente afectan a la nación y, en consecuencia, no se genera percepción de riesgo en las personas ante las problemáticas.
Entre los pronósticos para el año 2050, Taboada precisó que, producto de la elevación del nivel medio del mar, desaparecerán 22 asentamientos costeros humanos, mientras que para 2100 se perderán un total de 136.
Adelantó que variará el régimen de lluvias, se perderá buena parte de la superficie terrestre y aumentará la salinización de los acuíferos terrestres por las constantes inundaciones.
Taboada insistió que la puesta en marcha de la segunda etapa de la Tarea Vida, que comenzó este 2023, no concierne solo al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, sino que requiere de la integración de todos los organismos, instituciones y de las comunidades como entorno principal de la vida en sociedad.
Enfatizó en la necesidad de fortalecer la educación, la comunicación -tanto virtual como presencial-, la participación ciudadana y el empoderamiento de las personas para que se sensibilicen con los daños medioambientales que cada vez se hacen más intensos y sistemáticos.
Si no se consideran los escenarios climáticos donde existimos, será imposible alcanzar el desarrollo sostenible al que aspiramos, aseveró. (Fuente:ACN)