La Habana, 26 nov (RHC) En discurso pronunciado en 1893 en homenaje al Libertador, Martí decía que aún Bolívar estaba en el cielo de América, “porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy; porque Bolívar tiene qué hacer en América todavía”. Las obras de este, como la de Martí mismo, como las de todos los grandes líderes de pueblos, como la de Fidel, son por definición inconclusas y suelen crecer tras la muerte de ellos.
La del líder de la Revolución Cubana, el hombre que como pocos ayudó a transformar la realidad y la idea de la América Latina y el Caribe, y a encauzarla por el rumbo que señalaran aquellos próceres, deja un vacío innegable pero también señala un camino.
La Casa de las Américas, que es fruto inmediato de la Revolución Cubana, que hizo suyo el proyecto bolivariano, martiano y fidelista, y lo ha defendido durante más de cinco décadas en el ámbito de la cultura, continuará llevando adelante ese proyecto, acompañada de todos aquellos que a lo largo y ancho de este mundo, y especialmente de nuestra América, lo hacen posible. Para ello cuenta, además, con el ideario y la vocación del más grande de los revolucionarios latinoamericanos del siglo xx y lo que va del xxi.
Porque Fidel tiene qué hacer en América todavía.