La Habana, 28 dic (RHC-PL) La directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, marcó con los pies el ritmo de los tambores durante un toque que le ofrecieron en el Callejón de Hamel, reconocida calle de La Habana que alberga el primer mural en la vía pública dedicado a la cultura afrocubana .
Desde una silla artesanal, la artista cubana de mayor relevancia planetaria, no dejó de mover sus pies cruzados, mientras un grupo de bailarines folclóricos interpretaban danzas yorubas.
Salvador González, pintor, escultor y muralista que dio personalidad a todo el callejón con pinturas y esculturas creadas a partir de objetos reciclados destacó el valor artístico y el reconocimiento internacional de Alicia Alonso, para quien construyó una pieza consistente en una gran llave de plata guardada dentro de una caja de madera pintada con varios colores y un gran ojo en el centro de la tapa de cubierta.
Según explicó, el ojo es símbolo de protección en muchas culturas para que las malas energías se alejen.
Así se entregó, por primera vez, la Llave del Callejón de Hamel en Cuba y Alonso recibió además la condición de Hija Ilustre del lugar, reconocido como uno de los atractivos turísticos de La Habana y escenario de presentaciones artísticas cada fin de semana.
Los grupos Rumba Morena y Los Ibeyis caracterizaron mediante tambores y danzas algunas de las deidades de la religión yoruba como Eleguá, Shangó, Osghun, Obatalá y Oyá, entre otros, con sus atuendos, los colores típicos y los pies descalzos.
Me han emocionado mucho y me cuesta trabajo hablar porque cuando yo siento algo lo demuestro con el cuerpo, confesó Alicia, pero ya los presentes se habían percatado del hecho, porque sus pies atraían las miradas, esos pies que la cubrieron de gloria en escenarios de todo el mundo.
Para despedirse, la actual directora del Ballet Nacional de Cuba deseó a todos una larga vida, y varias personas en la calle le respondieron con gritos de una palabra típica de la cultura afrocubana asociada a suerte y energía: Ashé.