San José, 16 oct (RHC) Bailarines cubanos y costarricenses unieron sus talentos para una bella representación de El Lago de los Cisnes, que durante el fin de semana se presentó en el capitalino Teatro Nacional de la nación suramericana.

Un total de 17 alumnos de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, de Cuba, y cerca de 70 seleccionados por el Ballet Juvenil Costarricense convirtieron la joya del centro josefino -que el próximo día 19 cumplirá 120 años- en el mejor escenario para ganarse un público, que comienza a entender el hermoso lenguaje de la danza.

El príncipe Sigifrido (Anyelo González y Alejandro Olivera), el Bufón (Yasiel Hodelín), Odette (Gabriela Druyet) y Odile (Fabiana Pérez) arrancaron gritos de Bravo, además de fuertes y prolongados aplausos de los asistentes a las cuatro funciones -viernes, sábado y doble el domingo-, así como deleitaron a unos 700 estudiantes de centros escolares ticos, entre ellos de los que llevan nombres relacionados con Cuba.

Presentada como parte de la Jornada de la Cultura Cubana en Costa Rica, que comenzó el pasado día 3 y concluirá el 28 venidero, la representación de El Lago de los Cisnes fue gracias a un mancomunado esfuerzo por traer a este país a jóvenes bailarines cubanos, afirmó a Prensa Latina Pedro Martín Boza, director artístico de la puesta en escena.

También director artístico del Ballet Juvenil Costarricense, Boza destacó que desde hace cuatro años trabajaron esta idea, conscientes del desarrollo cultural experimentado por la sociedad tica y por eso la imperante necesidad de traer a la escena del Teatro Nacional un espectáculo que mostrara un verdadero despliegue de habilidades técnicas.

Apuntó que los 17 alumnos cubanos y los jóvenes bailarines ticos tuvieron la maravillosa oportunidad de compartir el escenario, lo cual les permitió fortalecer sus conocimientos y continuar creciendo con miras a su profesionalización.

La productora ejecutiva, Viviana Clare, exaltó el respaldo del gobierno y la empresa privada de Costa Rica para hacer posible la actuación de estudiantes de una escuela de mucho prestigio en el mundo de la danza, lo cual hace que las personas se emocionen e identifiquen, en conjunto con la labor desplegada con el talento costarricense.

'Las dos partes -Cuba y Costa Rica- estaban mezcladas en el escenario. Fue como un aporte al arte y la cultura, ya que se produjo un importante intercambio cultural y artístico, lo cual fue apoyado por el público', aseveró Clare.

Por su parte, Martha Iris Fernández, subdirectora de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, sostuvo que el objetivo era un intercambio entre los dos países en la rama de la danza clásica, pero ejecutado por jóvenes estudiantes.

Precisó que todos los alumnos cubanos tienen entre 15 y 17 años de edad.(Fuente/PL)