Gradúa Universidad de las Artes de Cuba a tres primeras bailarinas

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2020-07-22 08:00:13

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Anett Delgado, Sadaise Arencibia y Grettel Morejón. Foto: PL.

La Habana, 22 jul (RHC) La Universidad de las Artes de Cuba (ISA) gradúa este miércoles a 50 jóvenes entre los cuales figuran las tres primeras bailarinas del Ballet Nacional de Cuba (BNC) Anett Delgado, Sadaise Arencibia y Grettel Morejón.

Un comunicado de la institución precisa que la ceremonia se realizará en el aula magna de la sede principal del ISA en La Habana y en el pasado curso la casa de altos estudios tuvo el placer de graduar a Viengsay Valdés, actual directora del BNC.

Para su tesis de licenciatura, Delgado eligió investigar una obra crucial para cualquier bailarina clásica: Giselle, que muchos críticos consideran "el Hamlet del ballet"; pues con ella se es o no se es, según refieren muchos.

La primera figura fundamentó la necesidad de realizar un trabajo de mesa previo a las funciones y documentó su propia vivencia a partir del anuncio del debut, cuando su ensayadora Josefina Méndez escogió mostrarle por escrito la intención de cada personaje en las escenas principales.

Además, la maestra le presentó a la actriz profesional Alina Rodríguez para que le explicara sentidos, maneras de encauzar los gestos y, aquel proceso, marcó para siempre a la hoy distinguida bailarina que, pese a años de experiencias y buenas críticas, asegura que aún investiga antes de asumir un espectáculo de Giselle.

El trabajo de mesa es importante antes de asumir cualquier rol y en cualquier ballet, eso por suerte ahora se está rescatando, subrayó Delgado en un panel convocado a inicios de este año por la Universidad de las Artes.

Mientras Arencibia abordó en su tesis dos obras que dieron un aire nuevo al BNC en un momento de monotonía de su repertorio: Celeste y Oscurio, creaciones de la coreógrafa belga-colombiana Annabelle López Ochoa, exclusivas para la compañía cubana.

Como no tuvo que bailarlas, pudo apreciar las piezas desde afuera, con todo su arsenal académico e intentó valorar el significado de ambas.

Por su parte, Morejón profundizó en el ideario del padre de la escuela cubana de ballet, Fernando Alonso, quien fuera su maestro y ensayador en la Escuela Nacional de Ballet.

Del eminente pedagogo, en el mismo panel del ISA, la artista resaltó su paciencia para contar historias relacionadas con la obra a bailar antes de comenzar a pulir los pasos en los ensayos, el distanciamiento del dogmatismo, la habilidad para explicar cada movimiento de las coreografías y razonarlo en función de un relato, una expresión o la anatomía del cuerpo.

También Fernando fue un defensor de la identidad particular del bailarín en escena, le gustaba que el artista reflejara su alma y no se entregara a ser mera copia de nadie, afirmó.

Las tres primeras bailarinas tienen amplia experiencia internacional y un sello propio en escena que las distingue como intérpretes únicas. (Fuente: Prensa Latina)



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