La Habana, 17 oct (PL).- Personalidades de la cultura, familiares, compañeros e integrantes del Ballet Nacional de Cuba rindieron tributo hoy en La Habana a la excelsa bailarina Alicia Alonso, a un año de su desaparición física.
Personalidades de la cultura, familiares, compañeros e integrantes del Ballet Nacional de Cuba rindieron tributo hoy en esta capital a la excelsa bailarina Alicia Alonso, a un año de su desaparición física.
El presidente de honor de la Unión Nacional de Escritores y Artistas, Miguel Barnet, pronunció las palabras de recordación durante la ceremonia, acontecida en el Cementerio de Colón donde descansan los restos de la máxima figura de la danza en Cuba.
Alicia tuvo el mérito de rebasar el reino de la realidad para colocarse en el de la irrealidad. Convertida en una leyenda como Giselle, está ahora más viva que nunca. Se alejó, solo temporalmente, para entrar en el humo inasible de los idos, sentenció el intelectual cubano.
En sus palabras, Barnet resaltó que todo en ella eclipsa la muerte. Alicia es vida, y ni tan siquiera en la bella estatua del teatro que lleva su nombre, hay muerte. Su plasticidad encarna el principio de la danza, que no es otro que el de una espiral ascendente.
Sobre la fundadora de la Escuela Cubana de Ballet, el escritor y etnólogo subrayó: 'Es la musa etérea que nos subyuga, la cubana que bailando a Cuba tocó los bordes del universo y entregó el hechizo de su isla al mundo. Está aquí con nosotros, más cerca que nunca'.
Destacó, además, la vigencia de su obra en el año de su centenario y reafirmó que las leyendas como Alonso no se olvidan, porque no mueren. 'Coronémosla con el voto sincero de no empañar su leyenda', la cual, bordó con su carrera internacional que la mantuvo activa hasta su muerte, a los 98 años.
La maestra y coreógrafa formó a varias generaciones de bailarines, posicionó el ballet cubano en el mapa mundial de la danza y conquistó numerosos lauros como la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid, el Premio ALBA de las Artes y Premio Nacional de la Danza.
En el contexto de la Jornada por la Cultura Cubana, los asistentes a la reducida peregrinación depositaron una ofrenda floral y ofrecieron una sentida ovación a nombre del público fiel que, a lo largo de la isla, devenga múltiples homenajes a la bailarina más reconocida de todos los tiempos.
Alicia tuvo el mérito de rebasar el reino de la realidad para colocarse en el de la irrealidad. Convertida en una leyenda como Giselle, está ahora más viva que nunca. Se alejó, solo temporalmente, para entrar en el humo inasible de los idos, sentenció el intelectual cubano.
Tributo póstumo en Cuba a bailarina Alicia Alonso/
Alicia Alonso. (AP)
En sus palabras, Barnet resaltó que todo en ella eclipsa la muerte. Alicia es vida, y ni tan siquiera en la bella estatua del teatro que lleva su nombre, hay muerte. Su plasticidad encarna el principio de la danza, que no es otro que el de una espiral ascendente.
Sobre la fundadora de la Escuela Cubana de Ballet, el escritor y etnólogo subrayó: 'Es la musa etérea que nos subyuga, la cubana que bailando a Cuba tocó los bordes del universo y entregó el hechizo de su isla al mundo. Está aquí con nosotros, más cerca que nunca'.
Destacó, además, la vigencia de su obra en el año de su centenario y reafirmó que las leyendas como Alonso no se olvidan, porque no mueren. 'Coronémosla con el voto sincero de no empañar su leyenda', la cual, bordó con su carrera internacional que la mantuvo activa hasta su muerte, a los 98 años.
La maestra y coreógrafa formó a varias generaciones de bailarines, posicionó el ballet cubano en el mapa mundial de la danza y conquistó numerosos lauros como la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid, el Premio ALBA de las Artes y Premio Nacional de la Danza.
En el contexto de la Jornada por la Cultura Cubana, los asistentes a la reducida peregrinación depositaron una ofrenda floral y ofrecieron una sentida ovación a nombre del público fiel que, a lo largo de la isla, devenga múltiples homenajes a la bailarina más reconocida de todos los tiempos.