La Habana.- ACARICIAR y saber definitivamente suyas las medallas de bronce de Beijing 2008 son sensaciones disfrutadas desde por los pesistas cubanos Yordanis Borrero y Jadier Valladares.
Nunca será tarde para hacer justicia y recibir el honor conquistado con limpieza y tesón, por ello —aunque casi 10 años después— la emoción se define igual por estos hombres reconocidos en la fresca mañana habanera delante de familiares y compañeros de trabajo.
«Es un día de gloria y honor para el deporte. Estamos comprometidos con una ética y un valor de altísima significación porque no nos gusta engañar, somos serios en todo el trabajo y estamos orgullosos de tener los atletas que hoy son reconocidos y premiados», dijo en la sencilla ceremonia el presidente del Comité Olímpico Cubano José Ramón Fernández.
El vicepresidente primero del INDER, Roberto León Richards, tuvo a su cargo las palabras centrales del acto y en ellas aseguró:
«Hoy nos acompañan deportistas cubanos que merecieron festejar superiores resultados en aquella oportunidad, pero que el flagelo del doping se los impidió. Ellos compitieron con honor y comprometidos con la Revolución y el pueblo que los formó y siguió en cada una de sus actuaciones».
El coliseo de la Ciudad Deportiva fue el sitio escogido para entregar a Borrero y Valladares las preseas de unos terceros lugares merecidos tras los múltiples escándalos de doping surgidos en las más recientes revisiones de pruebas.
«Se siente un momento increíble, es el premio a muchos años de esfuerzos, de sacrificios. Cuando realizamos la competencia creímos que merecíamos esa medalla porque fue mucho el trabajo y por eso me siento increíblemente contento», confesó Borrero, quien puso fin a su carrera tras aquella cita.
El dos veces campeón centrocaribeño y oro panamericano en Río 2007 reconoció además que el compromiso aumenta, sobre todo desde su actual función de formador de las nuevas generaciones, esas a las que le inculca cada día el amor por el deporte limpio.
Muy conmovido se declaró por su parte Jadier, bronce mundial en el 2007, pues aseguró que había entregado todo su esfuerzo en aquella cita de China que recuerda en este minuto «como si la estuviera viviendo».
Aunque no llegó a la medalla fue igualmente emocionante recibir el diploma de quinto lugar para el luchador Roberto Monzón, orgulloso de volver a disfrutar de las alegrías que cualquier premio ofrece.
Lo sucedido este lunes es una muestra más de la limpieza del deporte cubano, que ha ido sumando premios al saldo inicial de 2-11-11 con que terminó en Beijing 2008.
Asistieron al homenaje otros directivos del INDER y de las organizaciones políticas y de masas.
Tomado de Jit