La Habana, 28 jun (JIT) .- El pasado 17 de junio la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas (ONDCP, por sus siglas en inglés) envió al Congreso de Estados Unidos un informe sobre los esfuerzos de reforma de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y el financiamiento emitido a la misma.
En varios puntos el texto resulta acusatorio y podría llevar a la suspensión de aportes que en 2018 y 2019 sobrepasaron los dos millones y medio de dólares.
La AMA, analizado el documento, ha manifestado su decepción públicamente y emitido al congreso norteamericano una versión anotada de 40 páginas, en que desmiente o contextualiza cada acusación.
Witold Banka, presidente de AMA, cuestionó en principio el modo de actuación de James W. Carroll, titular de la ONDCP, pues el citado documento no les fue consultado, ni incorporadas las aclaraciones hechas sobre los únicos tres párrafos intercambiados.
Al respecto, Banka ironizó con una antigua pregunta devenida proverbio: ¿Por qué dejar que la verdad se interponga en el camino de una buena historia?
Luego aseguró a Carroll que el Congreso de Estados Unidos necesita información verídica y precisa para decidir sobre el aporte financiero futuro a la Agencia, fundada en 1999 por iniciativa del Comité Olímpico Internacional (COI).
Banka recordó que durante los 21 años de existencia de la AMA ningún miembro estadounidense planteó cuestionamientos similares o cercanos a los incluidos ahora en este explosivo material, de modo que son partes «irreconciliables».
DE LAS ACUSACIONES Y SUS RESPUESTAS…
«Es muy lamentable que el Informe de la ONDCP se haya escrito sin tener en cuenta los hechos o el contexto, y con la clara intención de desacreditar a la AMA», se expresa de entrada en la reacción del organismo internacional.
A todas luces la primera acusación tiene que ver con la actual representación estadounidense en la AMA, sobre lo cual trascendió que mantiene desde 1999 un asiento en el buró, algo imposible para el resto de las naciones. En este momento participa precisamente Carroll, inquilino de la mismísima Casa Blanca y al habla con Donald Trump.
AMA reconoce que ningún estadounidense integra ahora el comité ejecutivo de 12 miembros, pues el representante de los 42 países de América proviene de otra nación. Sin embargo, recordó que en siete de los 14 últimos años esa función la desarrolló una figura de ese país.
Además explicó que Estados Unidos no planteó nominaciones y se ausentó en febrero último de la reunión intergubernamental del Consejo Americano del Deporte (Cade), en la cual se abordó lo concerniente al representante de América en el comité ejecutivo.
No obstante, AMA asegura que en general (buró, comités y comisiones) Estados Unidos sigue teniendo más presencia en sus procesos que ninguna otra nación del mundo, con un total de 11 profesionales.
El otro punto candente del Informe, la financiación, mereció una clara respuesta del ente mundial…
«La noción de que los países deberían estar representados en proporción a la cantidad de dinero que aportan no tiene sentido. Asignar asientos exclusivamente a los financiadores más altos eliminaría a la mayoría de las naciones del buró o el comité ejecutivo, y no estaría en línea con las mejores prácticas internacionales», sostiene.
«La AMA no puede ser gobernada únicamente por los países más ricos. Los atletas que compiten contra estadounidenses provienen de todo el mundo y, para ser justos, queremos asegurarnos de que estén sujetos a las mismas normas. Para que eso suceda debe haber representación de todas las regiones», agregó de modo tajante.
Al parecer, la Casa Blanca tampoco disfruta la vigente fórmula de financiación entre los países del continente, aprobada en 2002 y revisada en 2008. Al respecto la AMA respondió que se trata de un asunto a tratar por las naciones americanas, y que no interviene en ello.
Hay mucho más en el voluminoso Informe revisado y anotado en rojo, pues AMA refiere el modo en que se gesta su presupuesto, su uso y las reformas que están en curso desde 2018, con el apoyo incluso de los representantes estadounidenses.
Habrá que ver cómo avanza este nuevo culebrón internacional, nacido de los dictámenes de un gobierno estadounidense que antes retiró su apoyo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el contexto de la grave pandemia de la COVID-19.