La Habana, 22 dic (RHC) Una vez anunciados todos los premios de la temporada 2020 de la NPB, ha llegado el momento de revelar quién fue, en nuestra opinión, el Latino del Año en el circuito nipón y la decisión no pudo ser más sencilla: el lanzador cubano Liván Moinelo.
Los también antillanos Leonys Martín y Dayán Viciedo, así como el puertorriqueño Neftalí Soto, presentaron candidaturas de peso, pero ninguno de ellos mostró la consistencia y el dominio que el zurdo de 25 años reflejó desde su primera aparición sobre el montículo el 19 de junio, consideró el sitio beisboljapones.com
En la que fue su cuarta campaña en la liga con los Halcones de SoftBank, el pinareño fue de principio a fin el especialista del octavo episodio de su club y nunca se lesionó o pasó por un mal momento que pusiese en riesgo su puesto en el bullpen.
Con su poderosa recta, su excelente control y su magistral curva retiró una y otra vez a los rivales que enfrentó, casi siempre por la vía del ponche. De hecho, registró un promedio de 14.44 abanicados por cada 9 entradas lanzadas, lo que representa uno de los totales más altos en la historia del circuito.
Así mismo, ponchó a 2 o más bateadores en 28 de sus 50 salidas (en 8 de ellas abanicó a 3 rivales) y hasta llegó a meterse a mediados de temporada entre los 5 mejores ponchadores de la Liga del Pacífico, a pesar de no ser abridor.
Por si eso fuera poco, registró una increíble efectividad de 1.69 y ganó el premio al Relevista del Año en la Liga del Pacífico luego de liderar toda la NPB con 40 Hold Points. Su dominio en ese departamento fue tal que le sacó una ventaja de 6 al segundo lugar y de 10 al líder de la Liga Central.
Quizás la señal más importante de lo clave que fue su actuación para el éxito de su equipo esta temporada es el haber quedado tercero en la votación al Jugador Más Valioso de su circuito. No estuvo cerca de los dos primeros lugares, pero el simple hecho de que tantos periodistas pensaron en él a la hora de decidir el premio confirma lo importante que fue su desempeño.
Otro punto determinante de su candidatura es que su consistencia sobre el montículo se extendió a la postemporada y la Serie de Japón, donde dominó a sus rivales tal como lo hizo durante la campaña regular y además ayudó a su equipo a capturar su cuarta corona consecutiva.
Moinelo se convierte así en el primer relevista y apenas el segundo lanzador en ganar el premio al Latino del Año de la NPB. Los 10 ganadores anteriores fueron Alex Ramírez (LF, 2010 y 2012), Máximo Nelson (P, 2011), Tony Blanco (1B, 2013), Ernesto Mejía (1B, 2014), José Celestino López (1B, 2015-2017), Dayán Viciedo (1B, 2018) y Neftalí Soto (RF, 2019).
El segundo latino más destacado de la campaña 2020 fue el ya mencionado Leonys Martín, quien disputó su primer año completo con los Marinos de Lotte y se convirtió pronto en su principal motor ofensivo, además de brillar también a la defensiva.
El jardinero antillano lideró a todos los latinos en jonrones (20), anotadas (72), boletos (70), robos (7), porcentaje de embasado (.382), porcentaje de slugging (.485) y OPS (.866), además de remolcar 65 carreras, conectar 15 dobles y realizar varias sensacionales jugadas defensivas en el jardín derecho.
La razón por la que no terminó en el primer lugar fue su falta de consistencia, ya que si bien pasó por momentos de forma increíbles, también pasó por otros muy malos y terminó la temporada no sólo lesionado sino también en claro declive.
Por una parte, se fue para la calle en 2 o más juegos consecutivos en 5 ocasiones distintas a lo largo del año, además de recibir 5 boletos en un mismo juego, 2 o más boletos en 15 partidos distintos, robarse 3 bases en un mismo encuentro y remolcar 3 o más carreras en 8 oportunidades diferentes.
Por la otra, su promedio cayó paulatinamente de un sólido .285 el 12 de agosto a un pobre .234 el 21 de octubre y sólo pudo sumar un cuadrangular y 3 remolques en sus últimos 17 encuentros. Para colmo, se perdió las últimas 3 semanas del calendario por lesión y eso le impidió cerrar el año con mejores números.
En el tercer lugar colocamos al cubano Dayán Viciedo, cuyos números no fueron tan impresionantes como en los últimos 2 años, pero sí lo suficientemente buenos como para colocarlo entre los mejores caribeños que vieron acción esta temporada.
El inicialista de los Dragones de Chunichi lideró a todos los latinos en empujadas (82), hits (109) y dobles (23) y fue además el que menos se ponchó (48) entre los que reunieron los turnos suficientes para calificar al título de bateo. Además, registró un promedio de .267, con 17 vuelacercas y 48 anotadas.
Después de ganar el título de bateo de la Liga Central en 2018 con un promedio de .348 y quedar segundo el año pasado con un registro de .315, su caída a .267 este año fue sin duda decepcionante. La racha de 28 turnos consecutivos sin hit por la que pasó a principios de agosto fue clave en ese descenso.
No obstante, fue consistente en su ofensiva durante el resto del año y el hecho de haber comandado al resto de los hispanos de la liga en empujadas sin duda confirma su gran potencial ofensivo y lo crucial que es su presencia para el éxito de su equipo.
Adicionalmente, se convirtió en el primer cubano en ganar un Guante de Oro en la NPB, luego de liderar la Liga Central en porcentaje de fildeo (.999), partidos disputados (109), jugadas realizadas (937), asistencias (67) y dobles matanzas (89), además de cometer la menor cantidad de errores (1).
El cuarto puesto lo reservamos para el venezolano Robert Suárez, quien después de comenzar la campaña como relevista intermedio fue convertido de emergencia en cerrador de su equipo y terminó convirtiéndose en el primer venezolano en ganar un título de salvados en la NPB.
El derecho de los Tigres de Hanshin registró la mejor campaña de su carrera en Japón, luego de registrar una efectividad de 2.24 y cosechar 50 ponches en 51 apariciones desde el bullpen, además de los 25 rescates que le permitieron liderar el circuito en ese departamento.
Con su poderosa recta de 100 millas por hora, su gran control y el apoyo de sus efectivos lanzamientos secundarios, el criollo de 29 años se convirtió esta campaña en uno de los cerradores más confiables del béisbol japonés y eso convenció a su equipo de renovarlo por 2 campañas más.
En un momento en el que tantos cerradores de renombre en la liga están en pleno declive, con varios de ellos dando más sustos que alegrías cada vez que se suben al montículo, Suárez se reveló como el principal pilar del bullpen de su club y como uno de los mejores en su puesto en toda la NPB.
Finalmente, el quinto lugar de la lista se lo otorgamos al puertorriqueño Neftalí Soto, quien no pudo repetir este año el éxito conseguido en las últimas 2 temporadas, pero aún así logró registrar números muy sólidos que confirman su increíble talento y potencial.
Fue co-líder de jonrones entre los latinos con 25 y quedó segundo en hits (108), empujadas (78), anotadas (59), porcentaje de slugging (.470) y OPS (.793), además de defender con solidez el jardín derecho, la segunda base y también la primera.
En una campaña reducida debido al coronavirus, iba a ser muy difícil verlo conectar 40 jonrones otra vez, así como también superar las 100 empujadas, por lo que el descenso de sus números este año no fue una sorpresa.
Sin embargo, sí se esperaba que al menos se metiese en la pelea por alguno de esos títulos y al final no quedó ni cerca de lograrlo, luego de terminar el año en el quinto lugar de ambos departamentos. Como consecuencia, su nivel de protagonismo en la liga también decayó.
Para los que deseen saber cómo fue la actuación del resto de los latinos que vieron acción este año en la NPB, los invitamos a que lean nuestra columna del próximo lunes, que será la última del 2020.
Como es costumbre y tradición, les presentaremos en ella nuestro resumen de todo lo que hicieron los latinos esta temporada, comenzando por los más destacados y terminando con los menos relevantes.
Así mismo, también hablaremos de sus situaciones contractuales y de las posibilidades que tienen de regresar o no a la liga el año que viene.
Tomado de beisboljapones.com