Foto: Europa Press
La Habana, 12 ene (RHC) Nada que objetar, fue la frase de un aficionado merengue tras la derrota ante el Barcelona en la Supercopa de Fútbol de España.
Impecable y convencido de su estilo de juego, el Barcelona dio un repaso al Real Madrid 5-2 y se lleva el primer trofeo del año, un impulso emocional de cara a tres desafíos en el horizonte: la Copa del Rey, LaLiga y la Champions League.
El técnico alemán de los azulgranas, Hansi Flick, superó en el pulseo a su colega italiano de la “casa blanca”, Carlo Ancelotti. Un Clásico muy diferente al anterior en el certamen local, en el cual, de todos modos, los catalanes triunfaron por goleada 4-0.
“Es muy importante esta victoria, nos devuelve la confianza y consolida el proyecto hacia el futuro. Estanos realmente muy felices”, comentó Flick a la prensa.
Esta vez los errores defensivos le costaron muy caro al Real Madrid y tal vez el empeño de su directiva y del propio Ancelotti, de no fichar recambios ante las bajas del central Eder Militao y el lateral Dani Carvajal, le pasaron factura.
El francés Aureliene Tchouameni, de zaguero central, y el lateral español Lucas Vázquez, estuvieron desastrosos en sus prestaciones. Todo lo contrario de sus rivales, precisos y eficaces en defensa, contención y ataque.
Arrancó el encuentro con un espejismo. En un contragolpe veloz, después de ver amenazada su portería seriamente en dos ocasiones, el francés Kylian Mbappé, probablemente en su mejor actuación con el Real Madrid, puso a su equipo en ventaja 1-0 a los cinco minutos.
Foto tomada de Prensa Latina
Sin embargo, el Barça no cejó en la insistencia de filtrar balones a sus hombres más peligrosos, y uno de ellos, el jovencito Lamine Yamal logró el empate a los 22 minutos, tras recibir preciso pase del polaco Robert Lewandowski y arreglárselas para rematar con exquisita puntería al lado izquierdo del belga Thibaut Courtois.
Fue como la campanada de la muerte. A los 36 Lewandowski anotó de penal, a los 39 el brasileño Raphinha de cabeza y Alejandro Balde a los 55, en ambos casos por gravísimos deslices defensivos.
Ya el 4-1 parecía definitivo y se agrandó en el complementario con la segunda diana de Raphinha a los 48. El 5-1 era el “game over” y ni siquiera el tanto del canarinho Rodrygo Goes o la expulsión del guardameta Szcezsny a los 56, variaron el panorama en el duelo efectuado en Yeda, Arabia Saudita.
De maravillas Pedri en la conducción del mediocampo y gran asociación de los atacantes Raphinha, Yamal y Lewandowski, Por si fuera poco, el sustituto en portería Iñaki Peña, que impidió el segundo gol a Mbappé.
Dos baños en dos Clásicos no es normal. Aunque a todas luces Ancelotti seguirá al frente de los merengues, este tipo de humillación no le saldrá gratis.
Deberá dar un golpe de autoridad en la mesa, con transformaciones sustanciales en su esquema defensivo y, muy probablemente, en hacer fichajes. (Fuente: Prensa Latina)