Con 52 escalones, agrupados en 13 bloques de 4 peldaños cada uno y 12 descansos, la Escalinata de Padre Pico, en Santiago de Cuba, es uno de los símbolos indiscutibles de esta suroriental urbe de la isla.

Cuándo llegó a convertirse en un ícono, cuáles son sus encantos o por qué es tan famosa, son algunos de los misterios que rodean esta calle y creo tiene tantas respuestas como personas hablan de ella.

Las pistas de esos misterios quizás se pueden hallar en algunos especialistas que plantean que esa escalinata, igual que las demás que existen en la urbe, son una solución ingeniera a lo abrupto del relieve topográfico de Santiago de Cuba; otros plantean que formaban parte del sistema defensivo; es un mirador del interior de la antigua villa colonial y está enclavada en uno de los ambientes urbanos más bellos; allí fallecieron mártires de las gestas independentistas… la de “Padre Pico” fue, además, idea del ilustre Emilio Bacardí y lleva ese nombre en honor a quien fuera Dean de la Catedral, el Doctor Bernardo Antonio del Pico y Redín, por su vida ejemplar y el amor que tenía a sus feligreses y pueblo en general.

Según recoge el artículo “La Escalinata de Padre Pico”, publicado en 1969 en el periódico Sierra Maestra, esta escalinata se inaugura de forma oficial el 2 de octubre de 1903. De inmediato, su originalidad es centro de la atracción de santiagueros y visitantes de la ciudad y comienza, desde temprano, a tejerse sus propias anécdotas.

(Tomado del periódico Sierra Maestra)