La Habana, 27 jul (RHC) Tras el acuerdo entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP sobre el fin del conflicto, que incluye el modelo del cese el fuego, la dejación de armas y sitios transicionales, continuarán este miércoles los esfuerzos para perfilar cada detalle.

Según el presidente Juan Manuel Santos, los protocolos concebidos con el objetivo de reglamentar las 23 zonas de transición y los ocho campamentos en los cuales permanecerán inicialmente los integrantes de ese movimiento guerrillero, servirán como guías a gobernadores y alcaldes.

El ocupante de la Casa de Nariño explicó que el Ejecutivo da las últimas puntadas a esos lineamientos, de conjunto con los mandatarios locales y departamentales.

En tales escenarios implementarán los procedimientos pactados para silenciar todos los fusiles y comenzar el desarme de los insurgentes, etapas que serán supervisadas por un mecanismo tripartito, integrado por representantes del Gobierno, de la agrupación rebelde y una comisión política coordinada por Naciones Unidas.

Es importante que los alcaldes, los gobernadores, la Fuerza Pública, todos tengamos claro qué debemos hacer exactamente a fin de aplicar lo concertado con rigor, con orden, para que la población no tenga ninguna preocupación, insistió el jefe de Estado durante una reunión en Antioquia.

El pasado 23 de junio voceros gubernamentales y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) dieron a conocer el pacto sobre el fin del conflicto, que abarca la metodología y hoja de ruta dirigidas a ejecutar el cese el fuego bilateral y la dejación de armas, considerados cruciales para terminar la contienda entre ambas partes.

En correspondencia con lo consensuado el primer proceso entrará en vigor tras la firma del llamado Acuerdo Final, con el que concluirán las conversaciones de paz iniciadas desde 2012 en Cuba, en tanto el desarme deberá finalizar 180 días después de esa fecha y ocurrirá de manera escalonada (en tres etapas).

Se trata de un suceso histórico, que contribuirá a acabar una parte de la prolongada conflagración (resta iniciar reuniones formales con el también rebelde Ejército de Liberación Nacional), subrayó el senador Iván Cepeda.

La guerra interna ha dejado unos 300 mil muertos, casi siete millones de desplazados de sus lugares de origen y al menos 45 mil desaparecidos.

Tras haber conciliado posiciones, además, en los temas de reforma rural integral, participación política, combate contra el tráfico ilícito de drogas y víctimas, las delegaciones reunidas en La Habana deberán dilucidar asuntos como el método para escoger a los magistrados del tribunal que aplicará la justicia transicional.

Asimismo definen los protocolos encaminados a reintegrar a la vida civil a los futuros desmovilizados.