Caracas, 29 ene (RHC) El periodista venezolano José Vicente Rangel caracterizó las llamadas fuerzas opositoras en su país y las tildó de mantener una actitud vacilante y timorata respecto al diálogo político con el gobierno de Nicolás Maduro, por miedo a la reacción de extremistas de la derecha nacional e internacional.
Según opinó, la negociación Gobierno-oposición por el orden democrático y desarrollo económico de Venezuela no funciona por culpa de los actores políticos de la derecha, "que si se vuelven a sentar, perderán el apoyo de sus militantes y políticos más radicales".
La MUD (Mesa de la Unidad Democrática, coalición de partidos opositores) rehúye al diálogo promovido por el ejecutivo por temor a sectores extremistas que ambicionan el poder para imponer sus leyes y expoliar las riquezas del país, reiteró en el programa José Vicente Hoy, trasmitido por la cadena privada Televen.
En la MUD, dijo, el mando lo detentan los sectores violentos, apoyados y respaldados por el gobierno estadounidense y por la Conferencia Episcopal Venezolana, que llega a disentir abiertamente del papa Francisco, quien acompaña el proceso de diálogo en el país.
Para el también exvicepresidente venezolano, los opositores carecen de argumentos tangibles para negarse a dialogar con el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, pero persisten en una posición que boicotea el proceso pacificador reclamado por todo el pueblo.
Según opinó, la negociación Gobierno-oposición por el orden democrático y desarrollo económico de Venezuela no funciona por culpa de los actores políticos de la derecha, "que si se vuelven a sentar, perderán el apoyo de sus militantes y políticos más radicales".
Por su parte Jesús "Chúo" Torrealba, el secretario ejecutivo de la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), aseguró que trabajan para elaborar un documento "alternativo" de puntos y planteamientos sobre el diálogo, algo que pudiera parecer lo justo si se toma en cuenta que los facilitadores plantearon un texto base para relanzar el proceso.
En ese sentido, hace unos días, el Nuncio Aldo Giordano, representante del Papa en el proceso, aseguró que "el documento que se entregó, es un documento de trabajo porque nosotros pensamos que los protagonistas del diálogo son los venezolanos y nuestro documento es ofrecido como ocasión para reflexionar".
"Esperamos que esta semana o en los próximos días, las partes hagan las contribuciones, esperamos las reacciones y tenemos la esperanza de lograr un documento común y que sea base para esta etapa de diálogo", dijo.
Por lo tanto parece correcto si los que se apiñan en la MUD presentan sus posiciones pero, hasta ahora, la línea seguida por los partidos políticos y otros grupos que integran el ente opositor es descarrilar el proceso, según sus manifestaciones,
Días atrás el alcalde del municipio Sucre, Carlos Ocariz, expresó que el documento presentando por los mediadores no seria firmado por la alianza opositora, a su juicio hay que hacer modificaciones.
Nadie negó ese derecho que es más bien la posición de los facilitadores y del gobierno que llaman una vez tras otras al dialogo y la negociación.
Según el presidente de la Unión de Naciones del Sur (Unasur), Ernesto Samper, quien dejará su cargo el próximo martes, pese a las dificultades gracias al diálogo hasta ahora Venezuela apartó la violencia del escenario, se generó confianza y se liberaron a unos 80 detenidos aunque algunos de la MUD plantean lo contrario.
Todo parece indicar, que las contradicciones internas de la MUD son el problema para avanzar en este proceso.
Al respecto, el jefe de la bancada del Bloque de la Patria, Héctor Rodríguez, dijo esta semana que "el principal problema del diálogo son las contradicciones internas de la oposición, el tema de la aspiración al tema de las candidaturas a gobernaciones, alcaldías y presidenciales".
El tira y encoge de este grupo lleva a algunos de sus miembros como el diputado Enrique Márquez, presidente de Un Nuevo Tiempo (UNT), a apostar por las pláticas, "estamos trabajando muy fuerte para que este esfuerzo no se pierda", dijo, mientras otros van en sentido opuesto.
Contrario a lo que dicen algunos de sus miembros, los más beligerantes, llevarán a la mesa de diálogo un "acuerdo alternativo", al que les fue entregado por los enviados de Unasur y el Vaticano, lo cual indica que no se van y negociarán otras opciones.
Ese es el proceso que pide Unasur y el Vaticano, y del que el Gobierno nunca se apartó, lo cual parece indicar que en la MUD se habla otro idioma que no es el de Cervantes, o al menos algunos no entienden qué es el diálogo y la negociación.
No obstante, hay tantas contradicciones al interior de la oposición que sus acciones muestran falta de seriedad y constancia, en un proceso al que están obligados los venezolanos, el diálogo como herramienta para la paz.
Un comunicado reciente de la MUD, luego de analizar la propuesta de Unasur, señala que "El experimento de "diálogo" que se desarrolló en Venezuela del 30 de octubre al 6 de diciembre de 2016 es un capítulo cerrado que no se volverá a abrir".
Culpan al Gobierno pero son ellos los que se niegan a conversar como asegura el panfleto emídido en esta capital "ese experimento de diálogo (mal planteado desde el principio, al carecer de mecanismos para la verificación y garantía del cumplimiento de acuerdos) no tendrá por parte nuestra ni continuidad ni "segundas partes".