Brasilia, 11 feb (RHC) Un acuerdo firmado entre el gobierno de Espírito Santo, en el sudeste de Brasil, y asociaciones representantes de la Policía Militar abrió la puerta para poner fin a la crisis de seguridad que desató una ola de violencia con al menos 121 muertos.
Tras seis días de caos en las calles de Vitoria, la capital regional, y otras ciudades de ese estado brasileño, alcanzaron las partes un pacto recogido en ocho puntos que debe terminar con la huelga iniciada por los agentes en protesta por las malas condiciones laborales y la falta de inversión en seguridad.
El secretario de Derechos Humanos de Espírito Santo, Julio César Pompeu, afirmó que en el acuerdo está previsto la terminación ESTE SÁBADO de la huelga, asimismo aseguró que los agentes quienes secundaron el paro no sufrirán sanciones disciplinarias.
No obstante, el secretario dejó en el aire la retirada total de los cargos presentados por el gobierno contra unos 700 policías por delito de revuelta, cuya pena puede llegar a los 20 años de prisión.