Moscú, 12 feb (RHC-PL) El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, denunció los continuados y abiertos intentos de los servicios de inteligencia occidentales de reclutar al personal diplomático de su país.
En declaraciones a un canal de televisión, Lavrov señaló que muchas de esas maniobras se efectúan en presencia, incluso, de familiares del funcionario ruso, casi como una provocación.
Muchas veces, al recibir el rechazo a las acciones de reclutamiento se ensañan contra nuestros diplomáticos, como ocurrió con 35 de ellos a finales del pasado año, cuando le dieron 72 horas para salir de Estados Unidos, acusados de influir en su sistema político, recordó.
En abril de 2016, los servicios de inteligencia norteamericanos intentaron reclutar al ministro consejero de la embajada rusa, denunció.
Las acciones de reclutamiento se intensificaron en los últimos dos años, en coincidencia con el conflicto en el sureste ucraniano, donde la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) pareció dejar atrás los intentos de proteger a las tropas ucranianas.
Al menos ahora, consideró Lavrov, podemos hablar de cierta neutralidad de la OSCE en el tratamiento de las informaciones sobre los sucesos en la región de Donbass, que abarca a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Para el ministro ruso, Ucrania debe regresar a la idea de una descentralización de la administración del estado.
Lavrov negó, por otro lado, que evitaba el contacto con su similar ucraniano, Pablo Klimkin, a quien consideró inútil convencerlo sobre la necesidad de poner fin a la ofensiva de las fuerzas armadas ucranianas en el Donbass.
Ucrania llegó tan lejos en su propaganda para continuar la guerra en el Donbass y en su política de rusofobia que ella misma quedó acorralada de tal forma que solo se le puede sacar de ahí mediante una fuerte presión de Occidente, denunció el diplomático ruso.
Desde el 28 de enero pasado, las fuerzas armadas ucranianas intensificaron sus acciones a los largo de toda la línea de confrontación en el Donbass, incluida la ciudad de Donetsk, con más de un millón de habitantes y cuyas zonas residenciales fueron cañoneadas.
Las tropas ucranianas emplean armamento pesado, como sistemas coheteriles Grad y Uragan, cañones de gran calibre, tanques, morteros y otros, todos prohibidos por los protocolos del acuerdo de Minsk, pactado hace dos años.