París, 2 mar (RHC) Una verdadera tormenta se desató en Francia con dos recientes anuncios: la inminente imputación judicial del derechista François Fillon y su decisión de, pese a esa grave circunstancia, seguir como candidato a las elecciones presidenciales.

El propio político comunicó públicamente que fue citado para comparecer ante los jueces con vistas a una inculpación formal por el caso de los presuntos empleos ficticios proporcionados a sus familiares, lo cual, según sus declaraciones, no le impedirá 'seguir hasta el final' en la carrera por llegar al Palacio del Elíseo, refiere Prensa Latina.

La ola de reacciones no se hizo esperar y si bien muchos integrantes del partido conservador Los Republicanos (LR) manifestaron su respaldo al aspirante presidencial, otras figuras de peso en la formación le retiraron el apoyo, como los diputados Bruno Le Maire, Pierre Lellouche y Catherine Vautrin.

Le Maire, quien formaba parte del equipo de campaña, explicó que Fillon faltó a su compromiso de dimitir en caso de imputación -como prometió hace algunas semanas-, por lo cual no puede seguir a su lado.

Como Le Maire, cada vez son más los políticos que exigen al postulante apartarse del proceso electoral por el bien del partido, que consideran de antemano vencido al tener un representante tan cuestionado.

Por otro lado, el partido Unión de Demócratas e Independientes (UDI) anunció la suspensión de su postura alineada con Fillon.

Tras una reunión de emergencia realizada ayer en la tarde, el presidente de la formación Jean-Cristophe Lagarde comunicó el fin del respaldo al político conservador, así como un nuevo encuentro la próxima semana para tomar una decisión colectiva sobre la intervención de UDI en los comicios.

En el caso de los rivales políticos, las reacciones no se hicieron esperar: el centrista Emmanuel Macron indicó que el caso judicial es una cuestión que solo incumbe a Fillon y los jueces.

No obstante, criticó la intención del derechista de presentarse en las elecciones para 'ser juzgado no por la justicia, sino por los franceses', pues según Macron, ese no es el rol de los electores en unos comicios presidenciales.

El socialista Benoit Hamon catalogó de increíblemente violentas las palabras emitidas por Fillon hacia la justicia de Francia con acusaciones de que 'el estado del derecho ha sido violado sistemáticamente'.

Para Hamon, el escándalo en torno al aspirante conservador está afectado mucho la campaña electoral al impedir un verdadero debate de ideas.

De su lado, el izquierdista Jean-Luc Melenchon estimó que quizás la derecha debería buscarse otro representante.

Una de las cuestiones más polémicas fueron los pronunciamientos del candidato respecto al funcionamiento de la justicia, a la cual acuso de querer apartarlo de las elecciones.

Frente a ello, el presidente François Hollande emitió un comunicado en el cual defendió el funcionamiento independiente de la autoridad judicial en Francia.

El primer mandatario aseveró que 'como garante de la independencia de la autoridad judicial, debo reaccionar solemnemente contra todo cuestionamiento a los magistrados en las investigaciones e instrucciones que ellos desarrollan, en el respeto al Estado de derecho'.

Aunque no mencionó explícitamente a Fillon, sus palabras apuntaron directamente al aspirante.

'Una candidatura a la elección presidencial no autoriza a nadie a lanzar suspicacias sobre el trabajo de los policías y los jueces, a crear un clima de desconfianza incompatible con el espíritu de responsabilidad y, peor aún, a lanzar acusaciones extremadamente graves contra la Justicia y nuestras instituciones', señaló.