Naciones Unidas, 31 jul (RHC) China llamó en la ONU al cumplimiento del acuerdo para resolver el diferendo nuclear con Irán, mecanismo que consideró en sintonía con los intereses de paz de la comunidad internacional.
En el cierre de la presidencia de Beijing en el Consejo de Seguridad de la ONU, declaró el embajador chino, Liu Jieyi que luego de varios años y duras negociaciones la nación iraní logró el pacto y recordó que el organismo internacional aprobó la resolución 2231, el 20 de julio del propio año en respaldo a una iniciativa celebrada por la comunidad mundial.
La continuidad del pacto entre Irán y el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido, las cinco potencias con asiento permanente en el Consejo, más Alemania) está en peligro, a partir del empeño de Washington en escalar en su discurso agresivo contra Teherán y en imponerle sanciones unilaterales.
En ese sentido subrayó Liu Jieyi que resulta muy importante que más allá de interpretaciones particulares, prevalezca el espíritu y la letra de esa resolución adoptada por unanimidad, mientras, precisó que debe garantizarse la continuidad del acuerdo porque se trata del bien común.
Igualmente las Naciones Unidas anunció la aprobación de un fondo de 10 millones 500 mil dólares para la asistencia humanitaria en el nororiente de Nigeria, zona azotada por el grupo terrorista Boko Haram.
Según la organización, más de ocho millones de personas necesitan ayuda en esa zona nigeriana, sobre todo en Borno, Adamawa y Yobe, los territorios más afectados.
Los recursos servirán para 15 proyectos que priorizarán una asistencia vital a los nigerianos, muchos de ellos desplazados o residentes en áreas de difícil acceso.
En los últimos años, Boko Haram ha representado una letal presencia en el nororiente del país africano y en naciones vecinas de la Cuenca del lago Chad.
A los islamistas se le atribuyen miles de asesinatos y secuestros, así como el desplazamiento forzado de millones de personas.
Varios países de la región comenzaron en 2012 a dirigir los esfuerzos de una Fuerza Multinacional de Tarea Conjunta activada a mediados de los años 90 hacia la neutralización de Boko Haram.
El Consejo de Seguridad ha reconocido el papel jugado por esa fuerza en la lucha antiterrorista, pero insiste en que la milicia fundamentalista sigue siendo una grave amenaza.